Hace 14 meses que en la ciudad de Alberdi reina el silencio debido a que los compradores que anteriormente llegaban desde la ciudad de Formosa no visitan la ciudad y los comerciantes sufren las consecuencias que atrae esta situación.

Existen 500 comercios formales y poco más de 500 casillas que son cuentapropistas o informales que tratan de sobrevivir el día a día. Aproximadamente son 1.000 locales que generan empleo a unas 3.000 personas, en condiciones normales.

Al estar cerrada la frontera con la Argentina, debido al virus del COVID 19, la economía de la ciudad desapareció casi el 100%, al punto que solo 11 locales abren al día con la esperanza de un milagro para vender algo.

El presidente de la Cámara de Comercio de Alberdi, Miguel Vázquez, explicó a C9N que 180 comerciantes fueron subsidiados por el Estado con la suma de G. 2.190.000, los cuales deben devolver según consta en una intimación enviada por el Ministerio de Hacienda.

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Varios comerciantes cerraron la ruta que llega a la ciudad de Alberdi como medida de fuerza ante esta situación, a lo que ellos lo denominan un abandono del Estado. El referente de los comerciantes explicó que hace 14 meses no pueden trabajar y los comercios están cerrados, por lo que la situación se torna muy difícil.

“Durante 40 años el comercio de Alberdi aportó a las arcas del Estado y esta es la hora que el Gobierno otorgue su apoyo a los comerciantes que padecemos en la ciudad”, manifestó el titular de la Cámara de Comercio de Alberdi.

La ciudad quedó desolada luego que el Gobierno estableciera la cuarentena obligatoria y sus posteriores fases desde que llegó el coronavirus al Paraguay. La situación se agravó debido que las fronteras con la Argentina siguen cerradas.

Los comercios se mantienen cerrados desde hace más de un año y no existe esperanza que puedan ser reactivados en el corto plazo. Sin embargo, todos los locales comerciales cuentan con una pila de facturas por el servicio de agua y energía eléctrica que deben ser abonadas por los locales comerciales que no recaudan casi nada.

Los comerciantes que tienen sus puestos en la ciudad y que dependían del comercio fronterizo, hoy se dedican a la venta de empanadas, tortillas y otras actividades de manera a generar algo de ingreso económico para satisfacer las necesidades de la casa y la familia.

El cese de las actividades económicas afecta seriamente también a los lancheros de la ciudad de Alberdi. El señor Carmelo Núñez Rodríguez, uno de los representantes del sector, explicó que existen varias lanchas utilizadas para el transporte de personas que están con la necesidad de ser reparadas y ante la situación generada por el cierre de frontera ante la circulación del COVID-19 no lo pueden realizar.

Señaló que son los primeros quienes reciben a los turistas y los últimos en despedir a los mismos, ya que en ambos casos son los que hacen el trabajo de transportar a las personas que llegan a la ciudad.

“Tenemos aproximadamente 105 trabajadores que están sin trabajar desde el año pasado debido a que los turistas ya no llegan a nuestra ciudad. Lo que anteriormente era un astillero ahora es un cementerio de pequeñas embarcaciones que no podemos levantar”, manifestó el representante de los lancheros.

En cuanto al aspecto sanitario, la ciudad de Alberdi pasa por un complicado momento ya que el hospital distrital no cuenta con insumos básicos para hacer frente a la demanda de paciente que llega hasta el lugar. Balones de oxígeno es lo más necesario, por lo que ante la creciente demanda no abastece.

Los pacientes que necesiten de internación o Unidad de Terapia Intensiva (UTI) son trasladados a la ciudad de Pilar.

A diario, cientos de personas se acercan al hospital de la ciudad para ser atendidos por diversas dolencias, principalmente por el COVID-19.

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