El diseño y la creación de un tatakua portátil están en conflicto por el registro del artefacto por parte de artesanas de la Asociación de Mujeres Alfareras Nativas de Caaguazú-Itá Kambuchi Apo y el empresario Juan Ignacio Troche Fleitas.

La profesora Vicenta Rodríguez, presidenta de la asociación, manifestó que la obra (tatakua) que realizan es un legado de sus madres y abuelas y que la registraron el año pasado en la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual (Dinapi).

Troche Fleitas, por su parte, tiene en proceso en la Dinapi el registro de la marca Tatannona, que es un modelo específico de horno portátil, similar al de las alfareras de Itá, pero con prestaciones como resistencia eléctrica y piedras refractarias (como innovación).

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Origen ancestral

El empresario mencionó que la asociación Kambuchi Apo se adjudica como la creadora del horno de barro en el mundo, siendo que esto no es así. “Ese tipo de horno de barro es algo que se viene produciendo en muchos lugares del mundo y desde hace mucho tiempo. Es un artefacto que se ha usado siempre en la humanidad y en varias civilizaciones”, indicó Troche Fleitas.

Asimismo, explicó que la Dinapi les otorgó, erróneamente, el derecho de autor, lo que implica que ninguna artesana más debería hacer ese tipo de horno.

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Alfareras beneficiadas

“Yo trabajo con tres talleres de artesanas y cada una tiene como cinco ayudantes, además, trabajo con otra asociación de artesanos, llamada Capici. El registro que les otorgó la Dinapi dice que ellas son las únicas que hacen hornos de barro y que nadie más lo puede hacer, e incluyó algunos artículos como, por ejemplo, braseros, cosas que se vienen haciendo desde hace mucho tiempo”, explicó.

El empresario agregó que el registro que él solicitó es un modelo de horno. “Yo no me presento como alguien que ha inventado el horno, eso sería absurdo, pero sí con algunas alfareras de Itá creamos un modelo de horno que utiliza tecnología, además de otros materiales y tamaño, como para que se puedan preparar pizzas. Esto es lo que buscamos proteger”, aclaró Troche Fleitas.

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Buscan asemejarse

Según denunció, las alfareras de la asociación Kambuchi Apo ahora están adaptando el tamaño del modelo que ellas crearon para asemejarse al que está en proceso de registro por parte del empresario y es esto lo que busca proteger.

“No es que yo trabajo solo y hago mágicamente esos hornos, trabajo con otros artesanos y se les paga por adelantado para que ellos puedan contratar a sus ayudantes. No somos una industria que fabrica los hornos, como se cree, sino que generamos trabajo para otros artesanos alfareros, de quienes retiramos y llevamos a otros lugares para hacer los cambios, como el cableado, la resistencia, las piedras refractarias y toda la tecnología que se adjunta”, manifestó el empresario.

Expresó que él no está en contra de que cualquiera haga su propio modelo de horno, como se dijo en un principio, sino del modelo del horno que ellos ingresaron para su registro en la Dinapi.

Apoyo a labor de artesanas

También dijo que la idea es siempre buscar que las artesanas de todos los sectores puedan continuar trabajando, para que sigan generando para su sustento, que es lo más importante, eso sin importar lo que finalmente decida la Dinapi.


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