En la tercera y última jornada del seminario Economía y Mujeres se analizaron las oportunidades económicas para las mujeres como una equitativa inserción al mercado laboral luego de acceder a educación de calidad, sin importar si son mujeres urbanas o rurales, estando estas últimas rezagadas en todas las dimensiones de igualdad de género.
De igual manera, se planteó la necesidad de cambios en las normas sociales que aún socavan la participación igualitaria de las mujeres en la economía. Este evento fue impulsado por el Banco Mundial, el Banco Central del Paraguay (BCP) y el Ministerio de Hacienda.
Al respecto, la miembro del directorio del BCP, Liana Caballero destacó: “Para lograr la equidad de género se deben derribar las barreras existentes por ciertas normas sociales y culturales. Claramente el mayor desafío es el cambio cultural. A fin de romper las barreras culturales, necesariamente debemos avanzar en una mayor educación en todos los niveles. Únicamente apostando a la educación, con los años, las mujeres ocuparemos espacios que nos permitan contribuir a generar políticas que aseguren igualdad de oportunidades en los procesos de acceso a puestos de trabajo, así como políticas salariales igualitarias acordes a los cargos”.
La presentación más detallada de los resultados del diagnóstico de género en Paraguay, realizado por el Banco Mundial, arrojó recomendaciones de política pública con abordaje multidimensional desde el ámbito educativo, del mercado laboral, aspiracional y de barreras generales.
En cuanto a la educación, los autores Flavia Sacco y Gustavo Canavire enfatizaron en la necesidad de políticas para mantener a la juventud en las escuelas, especialmente a las mujeres, y luego dentro de la educación terciaria, seguido de una inserción a un mercado laboral de mayor calificación. Esto último relacionado con una capacitación más acorde con lo que el mercado laboral demanda.
El acceso a recursos productivos y asistencia técnica resulta igualmente importante para ir cerrando las brechas tanto entre hombres y mujeres como entre estos y las mujeres rurales.
Cambio de mentalidad
En tercer lugar, trabajar en políticas que contribuyan a eliminar las barreras sociales y culturales, apuntar a un cambio de mentalidad, más aún en áreas rurales. Finalmente, otros aspectos como la brecha en los accesos a servicios de salud y limitada participación de las mujeres en espacio de decisión.
Jaime Saavedra, líder de la Práctica Global de Educación del Banco Mundial, remarcó a la educación, pero una educación de calidad (no solo años de escolaridad) como un factor clave, e hizo hincapié en que las políticas tendientes a romper con los estereotipos de género no solo vayan orientadas a los jóvenes, sino también a los padres y maestros, quienes ejercen un papel fundamental en la formación cultural y social de los niños y adultos del futuro.
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Aportando una visión empresarial a la discusión, Cristina Kress, directora ejecutiva de la firma paraguaya Frutika, relató los trabajos que lleva adelante la compañía en su área de influencia (departamento de Itapúa) para ofrecer oportunidades laborales tanto a hombres y mujeres, como así también educación sin estereotipos y nuevos paradigmas, así como a la hora de incorporar colaboradores.
Precisamente, comentó que en la escuela patrocinada por la empresa, en las clases de mecatrónica cuentan con la misma cantidad de niños y niñas, derribando así las normas culturales que excluyen a las mujeres de las matemáticas, la ciencia y la tecnología.