Miembros de la Cámara de Productores de Biodiésel de Origen Vegetal (Biocave) recurren una vez más a la prensa ante la problemática latente que desde hace algunos años impera, ya que no se hacen cumplir las leyes establecidas tanto para el fomento de utilización de biocombustibles como el de competitividad de las mipymes, a cargo del Ministerio de Industria y Comercio (MIC).
Las productoras locales de biodiésel se clasifican en pequeñas y medianas industrias, que en la teoría cuentan con el respaldo de ley principal, Nº 2.748/05 “de fomento de los biocombustibles”. Actualmente están al borde del cierre unas 4 industrias, con probabilidades de dejar desempleadas a más de 500 personas en forma directa y más de 2.000 en forma indirecta.
“Las pequeñas y medianas productoras de biodiésel estamos paradas y al borde del cierre definitivo porque estamos avasalladas por una gran industria que no iba tener participación local y solo tenía que exportar, hoy tiene el control del mercado”, expresó Sandra Ayala, vocera y miembro de la Biocave.
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A falta de demanda, dejaron de producir
Ayala explicó que a causa de dicha situación y la escasa o nula demanda, están ya hace tres meses sin producir un litro de biodiésel, ante la incursión de una gran industria en el mercado de biodiésel que opera con las mismas reglas, pero con desigualdad de condiciones de ventas, lo que permite hasta una suerte de subsidio al precio del biodiésel que vende a los emblemas.
Esto se da ya que la industria en cuestión tiene como materia prima a un subproducto de sus industrias, y la Biocave denuncia que dicha materia prima no fue estipulada ante la unidad interinstitucional de monitoreo y fiscalización a la industria del biodiésel.
La representante del gremio mencionó que el MIC ya fue alertado desde un principio con varias notas que enviaron desde el 2019 porque temían que esto podría ocurrir, cuando solo se dispuso a responder que no había de qué preocuparse, ya que la gran industria no apuntaba al mercado local, sino a la exportación, cosa que nunca ocurrió, subrayó.
No obstante, desde la Biocave alegan que no quieren atacar a la empresa y que más bien lo que buscan es un ecosistema equilibrado en el que puedan convivir los pequeños con los grandes. Pero teniendo en cuenta que actualmente la Ley de Fomento no se cumple, exigen que se creen las condiciones necesarias para el efecto.
Es así que, según afirma el gremio, el MIC está al tanto del problema y no ha logrado una solución a pesar de la sanción de la Ley Nº 6.389 que “establece el Régimen de Promoción para la Elaboración Sostenible y Utilización Obligatoria del Biocombustible Apto para la Utilización en Motores Diésel”.
No hay voluntad política
En la mencionada normativa incluso se establece en el artículo Nº 8, “en cumplimiento a las políticas de fomento para la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes)”, establecidas en la Ley Nº 4.457/12 de las mipymes, y que las mismas tendrán atención “preferencial”.
Alegan que esto está muy lejos de la realidad, sin apoyo ni voluntad política para garantizar el trabajo de las pequeñas y medianas industrias, que a su vez emplean a un alto número de personas y que en estas condiciones corren el peligro de quedar cesantes.
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“Necesitamos una solución inmediata a la problemática y que se cumpla la ley”, sentenció, al tiempo de mencionar que incluso en la Ley Nº 2.748/05 se establecen beneficios de exención del Impuesto al Valor Agregado (IVA), pero que tampoco se aplica.
“La ley está, pero no se cumple, y por falta de apoyo vamos a seguir sumando industrias cerradas en estos momentos de pandemia y crisis económica cuando más que nunca se necesita trabajo”, lamentó Ayala.