Las proyecciones de inflación se redujeron levemente de 3,9% a 3,8%, en línea con la menor dinámica prevista para la actividad económica, según los resultados obtenidos por los técnicos del Banco Central del Paraguay.

La inflación en el primer trimestre, si bien aumentó con relación al periodo previo, se ha ubicado por debajo de lo previsto en el informe anterior.

Adicionalmente, el agravamiento de la crisis sanitaria significó una revisión a la baja en la trayectoria esperada de la actividad económica, que se tradujo en una brecha del producto que se mantendría más abierta con respecto a lo que se asumió en el IPoM anterior.

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La inflación total se ha mantenido contenida en niveles bajos. Foto: Gentileza.

Finalmente, los supuestos sobre el nivel del tipo de cambio se han moderado, considerando la evolución reciente y las buenas perspectivas en términos de ingresos por exportaciones.

Teniendo en cuenta los supuestos más probables sobre el comportamiento futuro de las variables macroeconómicas internas y externas, la inflación repuntaría en el segundo trimestre –en gran medida explicada por la baja base de comparación–, para luego ir convergiendo hacia el 4% a partir del último trimestre, nivel en torno al cual se mantendría hasta el horizonte relevante para la política monetaria.

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En el contexto doméstico, el riesgo derivado de la pandemia del COVID-19 se ha intensificado en meses recientes. El ritmo de contagios se ha incrementado significativamente, provocando el desborde del sistema de salud, lo que impulsó a las autoridades sanitarias a reimponer transitoriamente medidas restrictivas a la circulación y a actividades que implican contacto social.

No obstante, dado que el número de contagiados y de hospitalizados se mantiene en niveles elevados, no se descartan nuevas medidas de confinamiento en los próximos meses, aunque de implementarse serían por periodos cortos.

En ese sentido, el recrudecimiento de la crisis sanitaria y el lento avance en el proceso de vacunación son factores de riesgo a la baja para la demanda, la actividad económica y la inflación, especialmente del sector servicios. La inflación total se ha mantenido contenida en niveles bajos, especialmente por la desaceleración en el ritmo de aumento de los precios de los servicios.

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