El conocido bar El Fabriquero se integró hoy a la lista de empresas que ya no aguantaron y decidieron cerrar sus puertas por efecto de la pandemia del COVID-19. La noticia del cierre de sus tres locales se dio a conocer esta tarde a través de un comunicado difundido en su red social Facebook.
“Y bueno amigos, nos ganó (por ahora) la pandemia. Y sí, lastimosamente nos toca decidir apagar las luces hoy y decirles que nos vemos pronto. Comunicamos que tanto las fábricas de 11 de setiembre, Luque y Mcal. López cerrarán sus puertas hasta nuevo aviso o mínimamente hasta que la situación económica y/o de salud mejore. Tanto al público como delivery también”, señala la publicación.
También menciona: “No queríamos llegar hasta estas instancias, pero a veces es mejor retroceder para ganar impulso y volver mucho más fuertes. Agradecemos enormemente a todas las personas, proveedores, amigos, clientes fieles y marcas que siempre confiaron en la fábrica en todo este tiempo. No seríamos nada sin ustedes”.
Y bueno amigos, nos ganó (por ahora) la pandemia. Y sí, lastimosamente nos toca decidir apagar las luces hoy y decirles...
Publicada por El Fabriquero en Miércoles, 31 de marzo de 2021
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Difícil situación
El cierre de los tres locales de este conocido bar ilustra la difícil situación por la cual atraviesa el sector empresarial del país desde marzo del 2020, por efecto de la llegada de la pandemia a territorio nacional.
Las restricciones totales decretadas a finales de marzo hasta fines de abril del 2020 (cuarentena total) golpearon fuertemente a las empresas –especialmente a las más pequeñas– por la drástica reducción de las ventas y/o contratación de servicios.
Las maniobras realizadas como, por ejemplo, adelantar al trabajador el pago del aguinaldo del 2020 o solicitar la suspensión laboral de los trabajadores –para no recurrir a los despidos– no fueron suficientes y muchos paraguayos perdieron sus empleos, debido al quiebre o recorte obligado de gastos en las empresas.
Ventas siguen rezagadas
Con la cuarentena inteligente, iniciada a principios de mayo del 2020, se generó una esperanza de recuperación de la actividad económica, dejando operar nuevamente a los sectores económicos de manera gradual. Pese a la vuelta a la actividad, las ventas siguen rezagadas y con un horizonte incierto hasta la fecha.
El 2021 se inició con las esperanzas centradas en la aparición de la vacuna contra el virus y la posibilidad de que gran parte de la población sea inmunizada. Con esto se esperaba que el dinamismo económico se recupere gradualmente. No obstante, la mala gestión del Gobierno en la compra de las vacunas y el relajamiento social motivaron la aplicación de nuevas medidas de restricción debido al acelerado incremento de los contagios a nivel país.
Hoy, el sector empresarial advierte sobre las nefastas consecuencias que se avizoran en caso de que estas nuevas restricciones aplicadas desde el sábado pasado se prolonguen. Centenares de empresas cerrarán y el despido de trabajadores será masivo, manifiestan.
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Trinidad llora a Nicasio Cañisá: falleció a los 102 años el dueño del almacén y cine más antiguos del barrio
Hoy, siete meses después de cumplir 102 años, falleció don Nicasio Cañisá, uno de los pobladores más antiguos y reconocidos del barrio Trinidad, de la ciudad de Asunción, que llora su partida, así como todos aquellos que lo conocieron.
Él fue dueño del almacén, bar y cine más antiguos del barrio, “Hermanos Cañisá”, valorado por los apasionados de la historia y cultura local. Las crónicas cuentan que en la Asunción de antaño la bohemia tenía un capítulo especial en el barrio Trinidad, y uno de los puntos de encuentro era el afamado y eterno local de los Cañisá.
El local, apostado frente a la parada de tren, recibía a grandes personajes de las letras y de la música paraguaya, como José Asunción Flores y Manuel Ortiz Guerrero, que quedarían grabados por siempre en la memoria popular. Esto, según el material de Selva Álvarez, quien a través de distintos testimonios hiló la historia de Trinidad.
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Entrevista con La Nación
En agosto del 2016, don Nicasio conversó con La Nación y demostró que era una reliquia para su barrio, para Asunción y todo el país. “Me acuerdo de las películas de Carlitos Chaplin”, dijo sentado en el antiguo hall, en lo que era la barra del gran almacén de la familia. “Llegué a ser proyectorista”, contó el hombre que era cuidado por su hija y sus sobrinas.
El cine tiene mil anécdotas y películas que van desde Ben Hur hasta series que se llegaron a pasar por episodios como Flash Gordón, contó Elizabeth, una de las mujeres de la familia. Ella fue secundada por Mabel, quien relató que “explotaba el matiné, me acuerdo de Rintintin”.
La familia mantuvo por años la actividad comercial cultural de la Plaza Carancho, en el centro de Trinidad, en la vieja parada del tren del que solo quedan las vías de recuerdo. En este contexto, ese año, se anunció que la municipalidad le eximiría de impuestos a la familia por mantener vivo el corazón histórico del barrio, siendo el almacén y cine “Cañisá Hermanos” uno de los más importantes.
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Bar donde Vinicius conoció a Tom Jobim, otra víctima de la pandemia en Río
Las paredes de la Casa Villarino destilan historia: en ese bar de Río de Janeiro los míticos Vinicius de Moraes y Tom Jobim se conocieron e iniciaron una amistad que cambiaría el mundo con la Bossa Nova. Pero desde que la pandemia de coronavirus obligó a los cariocas a trabajar desde casa y vació las oficinas del centro de la ciudad, el emblemático bar fundado en 1953 no tuvo más remedio que cerrar, esperando una mejora de la situación sanitaria y económica.
“El Centro parece una ciudad fantasma. Normalmente servíamos entre 80 y 100 platos por día. El día que cerramos [16 de noviembre] tuvimos un solo cliente”, ilustra la dueña, Rita Nava, viuda de Antonio Vázquez, el último de los socios españoles que dirigió el lugar casi desde el inicio.
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Reducto de artistas, políticos e intelectuales de la época, el Villarino conserva las cerámicas del piso, las mesas de mármol y las sillas de cuero carmín originales, que le dan un aire de bar parisino congelado en el tiempo. El poeta Vinicius de Moraes lo frecuentaba desde sus días de diplomático: desembarcaba del aeropuerto Santos Dumont directo al bar, donde tenía mesa reservada en un rincón.
Allí le presentaron en 1956 al joven pianista Tom Jobim para musicalizar su obra “Orfeu da Conceição”, cuenta Nava, que reconstruyó las historias del lugar decorándolo con fotografías, textos y antigüedades. De ese encuentro salieron joyas creativas, como la célebre “Garota de Ipanema”.
Modelo de ciudad obsoleto
Capital de Brasil hasta 1960 (cuando se inauguró la modernista Brasilia), Río alberga en su zona Centro edificios de gran valor histórico y arquitectónico. Pero sigue siendo un barrio donde la mayoría de la gente que circulaba antes de la pandemia lo hacía por trabajo y se vaciaba por las noches y los fines de semana. Ahora, salvo en la zona de tiendas populares, todos los días parecen feriado.
En calles como Carioca o Sete de Setembro se multiplican los letreros de “se alquila”, los vendedores informales, los mendigos y las personas adictas a las drogas. “Esto ya era un problema antes, la pandemia solo lo agravó”, cuenta a la AFP Claudio Hermolin, presidente de la Asociación de Dirigentes del Mercado Inmobiliario (Ademi).
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Según un estudio de Ademi, el Centro ya tenía unos 8.000 inmuebles vacíos, abandonados o muy poco aprovechados. Ahora son 14.000. El principal escollo para poblar la región, sostiene Hermolin, es una legislación que dificulta la conversión de edificios comerciales en residenciales o lugares mixtos.
El modelo de ciudad “partida”, donde hay que efectuar largos desplazamientos para ir a trabajar, quedó obsoleto, sostiene. “En las ciudades que se modernizaron hay varios centros, todos con viviendas, salas de trabajo, comercio, entretenimiento, salud, educación”, afirma Hermolin. La alcaldía trató de revitalizar el lugar con grandes obras en la zona portuaria antes de los Juegos Olímpicos de 2016, pero muy pocas grandes marcas se instalaron allí.
Mantener la llama
Así como Hermolin y Nava, el vendedor de revistas Derisvaldo Pereira espera que el alcalde electo, Eduardo Paes, cumpla su promesa de atraer inversores privados para recuperar “el alma de la ciudad”. Ubicado en la plaza Cinelandia desde hace 20 años, Pereira cerró su kiosco tres meses y al reabrir perdía el 60% de sus ventas.
“La economía paró. La ayuda del gobierno es algo, pero muy poca. Sigo aquí porque no tengo que pagar alquiler, tengo casa propia. Si no, ya habría cerrado”, admite este hombre, rodeado por varios grupos de personas en situación de calle.
La Asociación Brasileña de Bares y Restaurantes estima que del millón de establecimientos registrados en el país, el 30% cerró desde el inicio de la pandemia, que ya dejó unos 180.000 muertos en el gigante sudamericano. Cuando la Casa Villarino anunció que bajaría cortina, las redes sociales se inundaron de mensajes afectuosos de clientes y amigos.
Para honrar la historia de Río y la memoria de su esposo -inmigrante gallego que empezó lavando platos y terminó siendo dueño del restaurante-, Rita Nava espera reabrir cuando haya vacuna y el Centro recupere cierta “normalidad”.
Pero, a punto de cumplir ochenta años y sin ‘herederos’ deseosos de continuar con el negocio, busca inversores que abracen la causa de “mantener encendida la llama” de esta esquina histórica. “En todas las ciudades del mundo la cultura está en el Centro, donde todo empezó. No podemos dejar que esto se olvide”, clama Rita.
Fuente: AFP.
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Emprendedores LN: Eleos Chocolates artesanales aspira convertirse en una fábrica-bar
Para una entrega más de Emprendedores LN conversamos con una chocolatera para conocer el delicioso mundo del extravagante y peculiar sabor del cacao, que a la mayoría fascina. Pero, atención, porque no tuvimos que recurrir a una productora de otro país, ya que ella es de acá, de Paraguay.
Sí, y es de la ciudad de Ypacaraí, donde hace 5 años se dedica a elaborar chocolates artesanales paraguayos a partir del cacao y manteca de cacao, combinando sabores o ingredientes tendientes a encontrar un sabor o punto delicioso, asegurando así un producto de calidad superior, capaz de satisfacer el paladar más exigente.
Así comienza contando nuestra entrevistada de hoy, Ana Alarcón, de 25 años, más conocida como “Avi”, quien es la emprendedora y propulsora de Eleos Chocolates, con la elaboración de bombones artesanales, paletas, barras de chocolates personalizados y servicio de chocolates para eventos. Se considera autodidacta por el momento, ya que terminó el bachiller técnico en diseño gráfico y publicidad, lo cual la ayudó a impulsar el emprendimiento.
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Chocolatería, un oficio artesano
“La chocolatería es un oficio artesano que se inspira en el arte, donde uno puede transmitir su forma de pensar y ser. Y el proyecto más anhelado de Eleos es convertirse en una fábrica de chocolate bean to bar (de la semilla a la barra), para elaborar el producto a partir del grano de cacao, que es una tendencia mundial para un proceso más saludable y artesanal”, transmitió Avi.
Al respecto, dijo que el siguiente paso para buscar ese sueño es que el próximo año quiere viajar a Italia, en busca de proveedores de maquinarias y materia prima, para lo cual está en búsqueda de inversores que impulsen a hacerlo realidad, ya que dicho proyecto no está pensado solo para crecer como negocio, sino que también para generar fuente de trabajo a mujeres madres.
Pero, ¿cómo fue que surgió todo esto?, consultamos a la emprendedora, quien se adentró en su historia personal y relató que se dio a por el miedo de quedarse sin empleo en el 2014 y una futura hija a quien sostener. Así, pensó en algo que hacer y empezó en la cocina de su mamá, elaborando paquetitos pequeños de chocolates que salía a vender en el Mercado 4, cuando solo contaba con 5 moldes prestados, más un préstamo de G. 30 mil para adquirir la materia prima.
Inicios en la chocolatería
“Derretía el chocolate a baño maría, en un fuego a carbón, y lo sacaba del molde en una latona que contenía hielo, ahí le daba el golpe de frío que necesitaba”, reveló. Por eso es un producto paraguayo, ya que la formulación es realizada por ellos, a más de la mano de obra local, que es la que realiza el proceso de moldería y detalles finales.
Pero poco después de iniciar, tuvo que volver a trabajar cuando su bebé cumplió 5 meses, pero en sus tiempos libres volvía a elaborar los chocolates que los vendía a los compañero de trabajo, o por la calle de camino a la casa, al tiempo de recordar que en ese entonces no contaba con ningún solo electrodoméstico, ni heladera, ni microondas ni cocina, señaló Avi.
No obstante, siempre que asistía a alguna feria o preparaba para alguna fecha comercial, los chocolates artesanales de Avi terminaban faltando, y así fue descubriendo la pasión por el chocolate y que la gente también lo ama sin importar la estación, haga frío o calor.
Consolidación y significado
Eleos Chocolates iba tomando forma poco a poco, hasta consolidarse y producir los chocolates artesanales paraguayos para eventos sociales con las tradicionales mesas dulces, hasta para personas que se inclinan a una alimentación libre de azúcar, gluten, leche y soja.
Pero antes de seguir avanzando, LN consultó a Avi qué significa Eleos y por qué ese nombre. Respondió que Eleos significa misericordia, del griego al inglés, y sería un resumen de su historia de vida y su relación personal con Dios. “En todo este proceso de emprender, vimos la misericordia de Dios, porque en días en que no había qué comer, surgían trabajos, y así fue un constante ejemplo de misericordia para conmigo y mi hija”, se abrió Avi.
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En dicho contexto, resumió los dos últimos años en que incluso llegó a ganar premios con la Union Industrial Paraguaya (UIP), al igual que este año con el Ministerio de Industria y Comercio (MIC), que quizás para otras personas puede ser un logro por el esfuerzo, pero para ella son milagros, por lo que la palabra eleos marca su relación personal con Dios.
Cuentan con variedad de productos, pero ahora mismo los principales para la venta son las presentaciones en cajitas de 12 unidades y la tabletas 70%, así como los variados combos para eventos desde G. 150.000 hasta G. 1.500.000 en el caso de las mesas de dulces.
Opciones y aceptación
Están disponibles igualmente las propuestas Oikoite, con -30% cacao, elaborado con cobertura de producción nacional; el Mbarete, +55% cacao, elaborado con chocolate noble y belga; y la Chuchi, +70% cacao, a base de chocolate orgánico, apto para los intolerantes a la lactosa, también es libre de azúcar y, por supuesto, ideal para los paladares más exigentes.
Si bien es sabido que el chocolate es amado por muchos, LN quiso comprender la aceptación del mercado hacia un producto elaborado a nivel local, y Avi asintió que desde sus inicios, vendiendo en el Mercado 4, tuvo buena aprobación, ya que la visión de Eleos nació con su historia de vida, lo cual hizo que las personas se sientan más cercanas y comprendieran que detrás de ello existía una pequeña gran familia en dicha batalla.
“Siempre me quedaba corta con los productos, en cada temporada especial se me acababan los insumos y no podía responder a toda la demanda, me suele pasar aún. Eso me da la pauta de que a la gente le gusta y más aún contando con diferentes calidades es que podemos cubrir deferentes necesidades, ya sea como postre para un niño o para una persona que realiza una dieta keto”, explicó.
Apertura del mercado
En cuanto a su experiencia en emprender en Paraguay, aseveró que tiene su grado de dificultad, pero que a la vez es un costo que hay que pagar para desarrollarse como mercado productor y aprender lo que no se pudo hacer antes.
“No contar con un capital y empezar todo a puro pulmón puede llevar su tiempo, pero ese tiempo es parte del proceso para valorar lo que con esfuerzo se está construyendo”, recalcó Avi. Acotó que con su aún poca, pero laboriosa trayectoria, pudo entender un aspecto fundamental para el ecosistema emprendedor paraguayo, de que si en la formación escolar se introdujeran herramientas prácticas para emprender, cualquiera sería capaz de lograrlo incluso en momentos de crisis.
A lo que sumó que el Gobierno también está trabajando en facilitar mayor información y oportunidades para la formalización, así como para el financiamiento de buenas ideas, por lo que también es cuestión de investigar y ser constante en buscar oportunidades.
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Formalización, pocas herramientas
En ese sentido, lamentó a la vez que lo más difícil para ella fue la parte de la formalización, ya que cuando empezó a emprender, desconocía de todo lo que implicaba levantar una empresa, solo había una necesidad y pocas herramientas, pero muchas ganas.
Más aún en el rubro alimenticio, en el que hay mucho por cuidar porque trabajan directamente con la salud de las personas. Y actualmente está en el proceso de solicitar su registro de establecimiento en el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (Inan), lo cual implica un montón de gastos para adecuar el taller de fabricación y asegurar la inocuidad en la elaboración de los productos.
“Es un constante investigar, ser caradura y hablar con gente que tiene más experiencia para llegar a ser lo que deseamos en algún momento”, insistió Avi, quien también trabaja como diseñadora gráfica y community manager, pero su trabajo principal es ser mamá, subrayó.
Pandemia: la impulsó a sumar puntos de venta
Y sumado a lo difícil que ya es emprender, enfrentar una pandemia fue muy duro para todos, y su rubro que abastecía a los eventos todos cancelados, tuvo que buscar alternativas, y en ese camino encontró dos oportunidades: las personas buscaban consumir más productos locales y, lo otro, apresurarse a concretar la meta de llegar a puntos de venta, para lo cual era necesario desarrollar productos acorde a las necesidades y listos para los clientes finales sin depender de los eventos, explicó.
Rubro poco explotado
Como negocio, el rubro del chocolate es uno muy poco explotado, ya que hay poca variedad de materia prima, maquinarias o incluso capacitaciones. Y si bien hay muchas personas que se dedican a los chocolates, en su mayoría son pasteleros o reposteros, pero la chocolatería puede tener infinidad de ramas en sí misma y requiere de especializaciones, por lo que es todo un arte; desde la formulación, el templado, moldeado, los rellenos y las formas de presentación.
Es por ello que una de las visiones de Eleos Chocolates es fomentar el consumo y producción del chocolate como un alimento y no solo como golosina, develó la emprendedora. De esa forma, considera que se está encaminando para que el rubro sea rentable, ya que cuanto más personas apuesten a la elaboración de forma artesanal, se formará una cultura de consumo y, como resultado, se volverá más rentable, precisó.
A lo que sumó también que su ideal es poder transmitir lo que aprendió y capacitar a más personas sobre chocolatería, en especial a las mujeres que quieran emprender y así impulsar una cadena de generación de ingresos para más mamás que no puedan tener un trabajo estable, para que de este modo puedan ser contratadas por horas y transmitir la misericordia que ella recibió a más mujeres.
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Soñar, pero planificar
Así, transmitió un mensaje esperanzador para los emprendedores del país, ya que de las peores crisis pueden salir los mejores proyectos, instándolos a que en este periodo de pandemia puedan canalizar el tiempo y esfuerzo en soñar y planificar. “Sueñen grande y escríbanlo en un papel con fechas como una ruta que seguir. Esa ruta va a ser modificada mil veces, pero el empeño que pongan en eso va a ser que se vuelva realidad y tome su propio curso”, motivó.
Al tiempo de invitar a tener fe, que mucho tiene que ver en convertir los sueños en realidad. “Empiecen con lo poco que tengan, y si me permiten, recomendarles un buen amigo como compañero de proyecto y sueños, ese es Jesús, porque la fe hace que veamos las cosas que no son como si ya fueran, y yo fui testigo de milagros hermosos en estos años de Eleos”, puntualizó Avi.