Tras el retorno a medidas de restricción más estrictas por el COVID-19 y la amenaza de un regreso a una cuarentena total, la ciudadanía se puso a favor de los sectores económicos que cumplieron con los protocolos sanitarios desde la reactivación económica. Asimismo, otros se lanzaron en contra de aquellos negocios que operaron más allá de las medidas y normativas legales establecidas por el Gobierno.
Uno de los sectores más afectados por las restricciones, que en su mayoría limitan la circulación nocturna de personas, es el gastronómico. Restaurantes, bares y otros locales nocturnos que ya se encontraban operando incluso hasta la 1:00 de la madrugada a partir de un acuerdo con el Gobierno durante los últimos meses, ahora se ven nuevamente amenazados por las disposiciones sanitarias.
Debido a que los restaurantes probaron el cumplimiento de las medidas para evitar el contagio del COVID-19, este lunes, gremios del rubro acordaron con el Gobierno la posibilidad de trabajar hasta la medianoche, como excepción al límite horario de tránsito de personas en la vía pública que es hasta las 20:00, en 24 ciudades en alerta roja. Esto se ejecutará en el marco de un control mutuo entre los propios empresarios, además de la estricta fiscalización de las fuerzas públicas.
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Los bares y locales nocturnos quedaron fuera de esta decisión, en atención a que su negocio se basa principalmente en la venta y consumo de bebidas alcohólicas dentro de sus recintos, cuyo horario permitido quedó igualmente establecido hasta las 20:00. En redes sociales se pudo notar el descontento en general de algunos locales por tener que cerrar nuevamente sus puertas a sus clientes. Sin embargo, fueron más las críticas y denuncias por la aglomeración en sus predios y falta de respeto a las medidas sanitarias.
“Nos cortan las alas una vez más. Gracias por robarnos y dejarnos en bola. Ahora, a cuidarse más que nunca”, reclamó Long Bar, local nocturno ubicado en el Paseo Carmelitas de Asunción, a través de su cuenta de Twitter. A esto respondió una usuaria de la misma plataforma: “Ustedes eran los que menos cumplían con el protocolo”.
Otra denuncia que fue viralizada en redes sociales fue hecha por la inmobiliaria Zuhaus.Py, a través de su cuenta de Instagram, cuyos encargados afirmaron que están hartos y cansados de recurrir a todas las instancias legales y en vista a que todo lo que se publica en redes sociales tiene más alcance, procedieron a sacar a la luz una situación que los aquejaba.
Fiesta clandestina
“Denunciamos a Barrio Constitución (conocido bar nocturno capitalino), que de martes a sábado, cuando llega la hora restringida, cierra sus puertas para fingir que está cerrado. Pero la fiesta continúa adentro de forma clandestina. El bar viene violando las leyes desde hace un tiempo. Hemos hecho todas las denuncias, Sistema 911, municipalidad, Fiscalía, pero este local parece inmune a las leyes”, se menciona.
En la publicación se agrega que este bar viola la Ley 6.390/20 que regula la emisión de ruidos, la Ley 716/96, que sanciona delitos ambientales, la ordenanza 183/04 que regula ruidos molestos, hasta el decreto presidencial que restringe la circulación.
Así como las críticas negativas y reclamos en contra de estos negocios que generalmente operan en la franja horaria nocturna se multiplicaron en las diferentes plataformas de interacción social en internet, aparecieron igualmente distintas voces a favor de los locales que sí demostraron su cumplimiento a los protocolos sanitarios.
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“¿Por qué descomponer lo que funciona bien?”
Uno de ellos fue el Dr. Tomás Mateo Balmelli, referente infectólogo en tiempos de pandemia, quien aseveró que si él era dueño de algún restaurante, se revelaría ya mismo ante la amenaza del cierre total de actividades. “Si las autoridades les dice a ustedes, que cumplen los protocolos, les vamos a cerrar, no tiene lógica. ¿Por qué vamos a descomponer lo que funciona bien?”, cuestionó.
Un local gastronómico conocido como Bastardo-Cocina sin Raíces manifestó a través de sus redes sociales que no pueden volver a cerrar porque significaría la muerte definitiva. “No vivimos del aire ni tenemos sueldos mágicos millonarios. Vivimos de servirle con todo el amor y garra a nuestros clientes. Cumplimos con todas las medidas sanitarias y de protocolo, que dicho sea de paso tiene un costo extra. Por favor, dense cuenta que necesitamos trabajar”, se indica en el posteo.