A raíz de la nueva restricción horaria establecida ayer en el decreto presidencial N° 4.990, que dispone la circulación ciudadana de 5:00 a 20:00, como medida para intentar paliar la ola de contagios de COVID-19, en especial en las ciudades en alerta roja, los trabajadores afectados salieron al paso y advirtieron que es muy probable que tengan que solicitar la suspensión inmediata de contrato de sus empleados.
Así lo indicó el presidente de la Asociación de Restaurantes del Paraguay (ARPY), Oliver Gayet, en contacto con la 650 AM ante la nueva situación que una vez más aqueja a los trabajadores formales de rubros como la gastronomía, bares y eventos.
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Rubros ninguneados
“Si nos cortan la noche, vamos a solicitar de forma inmediata suspensiones laborales. No hace falta que nos coloquen restricciones, la gente misma casi ya no asiste a los restaurantes, este fin de semana prácticamente no tuvimos clientes”, expresó Gayet.
Ante posibles alternativas, mencionó que esta mañana tienen una reunión pautada con los ministros de Hacienda, Óscar Llamosas, y del Interior, Arnaldo Giuzzio, para ver qué pueden hacer, ya que sienten que tendrán una avalancha encima. Se baraja la posibilidad de que los sectores afectados por esta nueva medida puedan acceder a algún tipo de subsidio, según adelantó. “Por primera vez escuché la palabra subsidio”, subrayó.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Bares, Augusto Insfrán, quien también habló con la emisora, señaló que fueron ninguneados desde el inicio de la pandemia, pero que al menos ahora se sienten acompañados con el ministro Giuzzio. “Nosotros cumplimos con todos los protocolos, no somos el problema, en las redes sociales vemos cómo la gente se aglomera sin tapabocas y hacen reuniones por todos lados de manera clandestina”, sentenció.
La noche no es responsable
Fundamentó que la cantidad de contagios masivos no puede responsabilizarse solo a la actividad nocturna y que restringir el horario no va ser la solución. Solo hay que observar la cantidad de vehículos por las calles, lo cual es señal de que en algún lugar va toda esa gente a aglomerarse y que por esas situaciones clandestinas es que se propaga a gran escala el virus, señaló.
Es así que consideran que no tiene sentido que vuelvan a ser nuevamente los primeros en cerrar, ya que es evidente que la clandestinidad es algo que se viene dando con normalidad ya desde el año pasado. “Nosotros no somos los culpables de que se dispare la curva”, agregó contundente.
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