Itaipú Binacional, a través de su acción de piscicultura, llevó adelante la siembra de 1.000 peces juveniles de la especie surubí y de 5.000 ejemplares de pacú y carimbatá en la zona del embalse de la entidad. Específicamente, la actividad se desarrolló en la reserva natural Tatí Yupí, en Alto Paraná, en el marco de las tareas de repoblación de los distintos cuerpos de agua del país.
La siembra de surubí cobra singular importancia debido a las particularidades que presenta esta especie. Son peces migradores, frecuentes en los cauces grandes y a profundidad máxima, por lo que son indispensables para el equilibrio de la biodiversidad regional. Su reproducción es importante para mitigar la presión pesquera de la zona y así lograr la preservación de la especie.
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Para su exitosa producción en la estación de acuicultura de Itaipú, fueron realizadas algunas adecuaciones en infraestructura, tales como la implantación de nuevos tanques de flujo continuo y el oscurecimiento del laboratorio. De esa forma, se facilitó el trabajo de alimentación del surubí, pez que tiene un hábito alimentario nocturno.
Para maximizar las chances de supervivencia, la siembra se efectuó en un horario en el cual los surubíes son más activos (preferentemente al final de día). De forma previa, se realizó un riguroso estudio con especialistas en el ramo y técnicos de la División de Embalse.
A pesar del hábito lotico (de corriente) del surubí adulto, en las fases iniciales de su vida su desarrollo se hace en ambientes lenticos (de lago), como las lagunas marginales de los ríos.
En ese tipo de entorno, el surubí juvenil encuentra locales con vegetación para mantenerse protegido de los depredadores durante el día y durante la noche abundancia de pequeños peces, larvas de insecto y otros alimentos que consume.
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