El sector lácteo paraguayo demostró este año que, pese a la pandemia del COVID-19, se puede seguir trabajando al 100 %. Es una de las pocas industrias que no tuvo cierre de plantas ni de salones comerciales, como tampoco problemas de desabastecimiento en ningún punto del país.
El reto en el 2021 es superar los 130 litros per cápita de consumo de leche de la población paraguaya, medida que todavía está por debajo de los 180 litros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para cada persona.
A inicios del 2020, la Cámara Paraguaya de Industrias Lácteas (Capainlac) anunciaba un año de alta producción, que llegaría a un volumen récord de 1.000 millones de litros de leche. La pandemia, sin embargo, puso en jaque los mercados y el consumo en casi todo el mundo: en Paraguay “el sector lácteo salió fortalecido”, aseguró Lourdes Torres, gerente de la Capainlac.
La correcta aplicación del sistema de gestión de calidad y el protocolo sanitario específico para el sector lácteo evitó contagios masivos tanto en las plantas industriales como en los lugares de comercialización. El resultado fue favorable: la industria láctea siguió trabajando al 100 % para alcanzar sus objetivos de producción y distribución.
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“No hubo desabastecimiento en ningún punto del país, ni siquiera en la merienda escolar. Pese a que los niños no fueron a la escuela este año, los padres acudían a retirar la leche para ellos. También se mantuvieron los precios de los productos y se hicieron importantes ofertas, debido a los recortes económicos que sufrió la población”, comentó Torres.
Los efectos de la caída del consumo no resultaron tan severos. Actualmente, la industria nacional cubre el 100 % de la demanda de leche en el país y genera un excedente, que es exportado.
La gerente de la Capainlac señaló que el aumento de la producción láctea es posible, gracias a que “se trabaja de cerca con las cuencas y el fortalecimiento de los productores primarios, brindándoles capacitación y acceso a créditos para que puedan mejorar su producción y ser más competitivos”. Aproximadamente 28.000 personas viven de este rubro en Paraguay.
Los retos para el nuevo año son mejorar los canales de distribución para poder llegar hasta el último rincón del país y lograr que aumente la ingesta per cápita anual de leche. Hoy se consumen 130 litros por persona, cuando la cantidad mínima requerida es 180 litros, según recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para cubrir las necesidades de calcio dentro de una dieta equilibrada.
Para incentivar el consumo de lácteos, la Capainlac lleva adelante la campaña Ñande kamby. Los mensajes de la campaña se difunden en la página web y en redes sociales con el hashtag #LácteosDeMiPaís.
Desde hace unos años, la industria láctea paraguaya viene invirtiendo en sistemas de gestión de calidad para la mejora de su producción y en el desarrollo de nuevos productos.
Actualmente, ofrece una amplia gama de lácteos con funciones específicas y fortificaciones, para diferentes nichos de mercado y consumidores especiales.
“Los resultados están a la vista, se pueden apreciar en las góndolas de los supermercados, donde nuestros productos están muy bien representados y a la vanguardia en innovación. Además, podemos ofrecerlos a un precio mucho menor”, explicó.
La Capainlac es una entidad social sin fines de lucro que nuclea a los siguientes establecimientos dedicados a la industrialización y comercialización de productos lácteos: Lactolanda, La Fortuna, Los Colonos, Parmalat, Doña Ángela, La Pradera, Trébol y Coop. También ejerce su representación en la defensa de sus derechos y en la protección de intereses comunes.
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