El presidente de la Cámara de Comercio Paraguayo-Uruguaya, Matías Ordeix, precisó a La Nación que efectivamente los negocios entre Paraguay y el Uruguay se ven más afectados, ya que a la coyuntura actual de pandemia se suma que el país charrúa siga manteniendo sus fronteras cerradas a otros segmentos que no sea el corporativo, por lo que una de las aerolíneas, Amaszonas Uruguay, que conectaba a ambos países muy sinérgicos, acaba de informar la suspensión de sus operaciones.

“Definitivamente es un golpe más para los empresarios que necesitamos ir y venir cada tanto a Uruguay, ahora con una aerolínea menos, generará una mayor repercusión económica, ya que nos quedamos con una sola, y corremos el riesgo de que marque el precio de los tickets y se vuelvan más elevados”, expresó Ordeix.

Matías Ordeix, presidente de la Cámara de Comercio Paraguayo Uruguayo. Foto: Archivo.

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Con la salida de esta compañía aérea del mercado aeronáutico, queda un 50% por cubrir para los vuelos directos de Asunción-Montevideo, Montevideo-Asunción, que actualmente solo realiza un vuelo por semana, a diferencia de la etapa previa a la pandemia, cuando ambas firmas operaban con un vuelo diario incluso, agregó.

El empresario uruguayo mencionó que justamente tuvo que cancelar un vuelo que tenía programado para enero, al igual que muchos otros que deberán hacerlo, a más de que la industria turística uruguaya también está cancelada para la temporada. En ese sentido, Ordeix aseveró que el turista paraguayo es una pieza importante para el Uruguay, ya que si bien no es tanto la cantidad, es el que más gasta por día cuando va a vacacionar en las playas.

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Cuarentena, principal traba

Pero el problema principal no es solo la baja conectividad con que ya se venía operando, sino que el empresario habitualmente tiene pocos días para trabajar cuando viene de Uruguay o viceversa, y la exigencia de la cuarentena por unos 7 días es la traba más importante, lo cual limitaba bastante el flujo comercial.

“Sumado a la cuarentena obligatoria, los resultados negativos de COVID-19 y la baja frecuencia desalientan a las personas a viajar, ya que por más reuniones virtuales que se puedan hacer, hay trámites que aún no son digitalizados y requiere la presencia física, que es donde afecta al segmento corporativo”, explicó Ordeix.

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