Tras las Reuniones Anuales 2020 del Grupo Banco Mundial (GBM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Comité para el Desarrollo, que es el foro de nivel ministerial representante de 189 países miembros, felicitó a ambos organismos multilaterales por dar celeridad y por la escala de respuesta para enfrentar al COVID-19 y en su menaje final delimitó que los países deben establecer las bases para una recuperación resiliente a la pandemia.
A la vez, el Comité afirmó que la pandemia exige una respuesta global, sólida e integral de la comunidad del desarrollo, según se observó en el comunicado de las Reuniones Anuales, que este año se desarrolló de manera virtual con diversos eventos entre el 6 y el 26 de octubre del 2020.
¿Década perdida?
En ese sentido, el presidente del GBM, David Malpass, se pronunció durante su discurso en la sesión plenaria del evento, con inquietudes como que la pandemia podría dar lugar a una década perdida, caracterizada por el crecimiento escaso, el colapso de muchos sistemas de salud y de educación y una nueva ronda de crisis de deudas soberanas.
Es así que el alto ejecutivo instó a la colaboración para contribuir a una recuperación inclusiva y resiliente, ya que los países necesitarán admitir capital, mano de obra, nuevas aptitudes e innovaciones para pasar a un entorno de operación distinto luego del COVID-19.
“Durante la recuperación, es fundamental que los países trabajen para poder alcanzar sus metas climáticas y ambientales. Trabajando juntos, creo que podemos acortar la duración de la crisis y establecer cimientos sólidos para un modelo de prosperidad más duradero, uno que pueda hacer crecer a todos los países y a todas las personas”, expresó Malpass.
El presidente del GBM se centró en las dimensiones humanas de la crisis, comenzando con las nuevas proyecciones del Banco Mundial que indican que para el 2021, entre 110 y 150 millones de personas más podrían caer en la pobreza extrema.
Esto, ya que la pandemia afectó gravemente al capital humano, dijo, al tiempo de destacar el respaldo del Banco Mundial al aprendizaje a distancia en 65 países, la alianza con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), para la elaboración de marcos de reapertura de las escuelas.
No obstante, la pandemia sigue devastando a varios países, saturando los sistemas de salud, alteraciones en la productividad, amenazas a la seguridad alimentaria, multiplicación de los puestos de trabajo perdidos y reducción de los ingresos, en particular entre las personas más pobres, menciona también el discurso.
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Respuesta global sólida
Sin dejar de mencionar que la emergencia sanitaria global generó la mayor contracción económica de las últimas ocho décadas, afectando a todas las economías, con derrumbes en las inversiones, el comercio y las remesas.
Por lo tanto, la crisis mundial pone en peligro las vidas y los medios de subsistencia de las personas más vulnerables, ya que incrementa la pobreza, exacerba las desigualdades y disminuye las perspectivas de crecimiento económico a largo plazo, por lo que exige una respuesta global, sólida e integral.