Propietarios de bodegas expresaron su preocupación por el impacto que está teniendo en las ventas la restricción horaria para la comercialización de bebidas alcohólicas. Aseguraron, que en cambio, la medida gubernamental favorece a los informales que violan libremente el decreto del Ejecutivo, sin que sean sancionados, por vender alcohol inclusive en horas de la madrugada.

Nicasio Romero, dueño de Kratos Bodega, Joaquín González, director de Biggie (tienda de conveniencias) y Damián Fernández, presidente de la Asociación de Bodegas del Paraguay, contaron sus vivencias en entrevista con canal GEN.

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El titular del gremio expresó que observa con mucha tristeza cómo los negocios ilegales van captando clientes de los formales, que cumplen a rajatablas con la ley y la prohibición de comercializar bebida alcohólica después de las 20:00.

“Todos los que componemos la Asociación de Bodegas del Paraguay somos los únicos que estamos respetando esta restricción. También creo que Joaquín (González) con su grupo de minimarket está respetando y a nosotros nos consta eso. La situación no es muy buena, nosotros ya estábamos despejando hacia arriba para ver cómo rearmarnos tras la pandemia y cuando empezamos a volver a reorganizarnos nos vino esta restricción horaria”, lamentó.

Fernández mencionó que existen 110 locales representados por diez asociados. Dijo que la Asociación exige la formalidad para incorporar nuevos socios, sin embargo no existe control sobre la ilegalidad, cuestionó.

Ventas se redujeron en un 40%

Nicasio Romero comentó que su sector ya venía arrastrando una situación complicada desde el 2019, que se vio agravada por la pandemia. “Cuando cayó este tema de la cuarentena realmente en un momento cuando nos suspendieron el delivery, las bodegas ya no podían vender, un 80% nos decayó las ventas”, indicó.

Explicó que posteriormente se reacomodó el rubro al sistema de market y con ello lograron levantar levemente las ventas, llegando a un 50% en comparación con lo que ya venían recaudando entre enero y febrero. “Nosotros en nuestro caso tuvimos que cerrar lastimosamente dos sucursales de las cuatro que teníamos. Tuvimos que echar lastimosamente empleados que estaban en esas sucursales. Empezó a subir un 70%, sin esta restricción horaria y ahora nos vienen con esto y volvemos a caer por lo menos un 40% de ventas”, puntualizó.

Se quejó que la restricción horaria fomentó la ilegalidad. “En todo punto de vista nos está afectando esto”, significó.

A su vez, Joaquín González al igual que los entrevistados anteriores, cuestionó la disparidad en cuanto a la aplicación de la ley para hacer cumplir la prohibición para todos los locales. “A todos los que somos formales nos atacan”, fustigó al tiempo de cuestionar que los locales ilegales sigan comercializando bebida alcohólica libremente, sin que sean controlados por los organismos fiscalizadores pertinentes.

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