La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) junto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), presentaron un informe conjunto denominado “Salud y economía: una convergencia necesaria para enfrentar la enfermedad por el coronavirus del 2019 (COVID-19) y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible”.
El mensaje central del informe presentado en una conferencia virtual esta mañana del jueves, señala que necesariamente para que se pueda dar una reactivación económica, se debe controlar primero la pandemia, es imperante que la curva de contagios se contenga, ya que la salud no es solo un bien sino un derecho fundamental, y los gobiernos deben garantizarlo.
El amplio estudio fue presentado por la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, y la Directora de la OPS, la Dra. Carissa F. Etienne, quienes insistieron en priorizar la salud, al tiempo de asimilar que la pandemia del COVID es la mayor crisis económica y social, que dejará una década perdida en materia de crecimientos logrados.
“La pandemia nos demuestra que hay muchas debilidades estructurales del sistema de salud de la región y el modelo de desarrollo de la región, que debe ser un bien público y debe estar garantizado por los gobiernos ya que es la infraestructura básica de la vida, y por ende sin ello no podemos hablar de desarrollo económico ni social”, expuso Bárcena.
Dicho ello, recordó la recomendación de la meta en cuanto al gasto público de la OPS para América Latina y el Caribe (LAC) del 6% del Producto Interno Bruto (PIB), que actualmente el gasto del Gobierno Central llega solo 2,6% que en su conjunto ambas regiones alcanzan un 3,9%, partiendo que más de un tercio de los gastos de la salud proviene del bolsillo de los hogares.
El COVID desnudó a la vez una alta informalidad laboral y débiles sistemas de protección social, que amplifican el impacto económico y social, un escenario que ya venía con un bajo crecimiento en los últimos 7 años, a los que aqueja en todas las Américas actualmente más de 140 mil nuevos casos promedios durante la última semana.
La peor crisis
Sin duda se trata de la peor crisis de la historia, que llevaría a LAC a contraerse 9,1% en el PIB, la pobreza va aumentar y 231 millones de personas, de las cuales 98 millones estarán en la pobreza extrema. Esto, sin considerar aún el impacto que puedan tener las medidas sociales con las que se podría revertir, pero recién se sabrá a finales de año.
Así mismo, estiman que la desocupación aumentará a 13,5%, es decir, 44 millones de desempleados en la región y aumentará la segmentación, la precarización y la polarización en los mercados laborales.
Por lo tanto, se debe dar la convergencia necesaria para enfrentar al COVID y retomar la senda, ya que se trata de un escenario en el que será de vital importancia financiar los sistemas de salud de modo a poder cubrir todas las necesidades, a través de medidas de salud pública, acompañadas de trazabilidad, monitores y análisis de riesgo, ya que los países no tendrán la suficiente capacidad para una gran expansión fiscal, por ende seguramente tendrán que acudir a organismos multilaterales, como muchos ya lo están haciendo.
Es así que el mensaje político que envían tras el informe, que servirá para futuras posibles crisis, es que es fundamental que la salud sea reconocida como un bien público, no como un commoditie. Hay que desmercantilizar la salud y construir nuevos pactos sociales para que la región pueda vencer y sobresalir, incluso mejor parado, más inclusiva y con mayor igualdad.
Priorización de la salud
Para la directora de la OPS, Carissa Etienne, la reducción de las desigualdades es un eje central para el proceso de recuperación económica, y que la priorización de salud es el cimiento a tales vías, con sistemas de salud resistentes y más firmes, acercándose a la transformación digital, que bien los países ya están comenzando a implantar, pero se debe mejorar el acceso con ofrecimiento de datos.
Sobre la vuelta a la activación de económica, dijo que debe ser de manera gradual, con medidas bien establecidas, y reconociendo el impacto real de la crisis a que los países realicen las inversiones necesarias para el fortalecimiento de los sistemas de salud, peri sin olvidar las recomendaciones de una deuda hasta el 6% del PIB de cada país.
“Esta pandemia puso de relieve sin duda que al salud es un derecho y debe estar garantizada para todos los ciudadanos y los gobiernos tienen esa responsabilidad. Ahora más que nunca hay que trabajar hacia la equidad, asegurando que todos en LAC puedan tener una vida más saludable y prolongada, creando condiciones para no dejar a nadie rezagado”, concluyó.