En momentos en que el Ejecutivo se apresta a entregar el texto del plan de reactivación económica para su estudio en el Congreso Nacional, analistas financieros, económicos y economistas coinciden en señalar que no es prudente seguir endeudando al país. El denominado plan Ñapu’ã Paraguay contempla unos 2.513 millones de dólares, de los cuales 350 millones de dólares implicará una nueva deuda.
El analista económico Amílcar Ferreira considera prudente no incurrir más en deudas en lo que va del año, dejando esa posibilidad para el 2021, tal como ya lo han sugerido los economistas Santiago Peña y Carlos Fernández Valdovinos.
“En términos generales, me parece que sería más prudente dejar eso para el año próximo, dado que ya se le dio al Ejecutivo la autorización para los 1.600 millones de dólares y vimos lastimosamente que hubo un manejo poco claro en las licitaciones”, señala.
Ferreira también ve con preocupación el nivel de deuda externa (cercano al 30% del Producto Interno Bruto) y cree que es importante mantener el crecimiento del endeudamiento en niveles no tan elevados. “A mí me parecería mejor dejar ya ese endeudamiento para el año próximo, para lo que sería la ejecución del Presupuesto 2021, a mí me parece que por este año ya se le ha dado suficientes autorizaciones para deudas al Ejecutivo. Creo que habría que ser muy prudentes en ese aspecto”, sostiene.
Sobre el punto, el analista aconseja administrar los recursos ya disponibles, al alertar sobre la peligrosidad de asumir más cuentas. “Se vuelve peligroso el aumento adicional de deudas para este año”, advierte.
Dar señales de austeridad
Ferreira también entiende que el Ejecutivo debe dar señales de austeridad en medio de esta crisis sanitaria con fuerte repercusión económica y social. “Es algo que la sociedad también está esperando. En lo que se refiere a gastos corrientes, creo que se hace necesario también acompañar desde el Estado con mayores medidas de austeridad”, destaca.
Comunicar la ejecución presupuestaria
En tanto, en opinión del analista financiero Stan Canova, antes que abogar por un endeudamiento las autoridades nacionales deberían dar a conocer los niveles de ejecución presupuestaria de las diferentes instituciones del Estado. Recomienda una reprogramación presupuestaria que posibilite redireccionar los recursos disponibles a los planes ideados para la reactivación económica en la pospandemia.
“Me gustaría que algún diputado o senador primero diga cuánto del Presupuesto General de la Nación 2020 se ha ejecutado y te apuesto que ni siquiera el 50% por todo este tema del COVID-19, que no se gastó en combustible, que no se gastó en protocolo, no se gastó en un viaje”, señala.
Enfatiza en el punto que se debe comunicar a la ciudadanía la utilización de los recursos por cada ente estatal. “Cuando se tenga esa información en la mesa y se diga de esta plata que no se usó, acá sacamos tantos millones y redireccionamos”, aconseja.
Asegura que el real desangre para el Estado son las licitaciones. “La Ley 2051/03 de la Ley de Contrataciones Públicas, en ningún artículo habla de los límites de precios o los precios que el Estado debe aceptar versus los precios de mercado. Al omitir el Estado fácilmente puede comprar un contenedor que cuesta 40 millones por 400 millones de guaraníes, cosa que ya pasó con (Juan Ernesto) Villamayor con el tema de las comisarías móviles”, comenta.
“Ese desangre fenomenal y catastrófico está permitido y es legal lastimosamente, porque la misma Ley de Contrataciones Públicas dice eso”, añade.
El Estado está en quiebre técnico
La necesidad de nuevo endeudamiento sería para cubrir gastos de funcionamiento del Estado, o sea pago de salarios, según interpreta el entrevistado. “Yo entiendo que Benigno López y su equipo necesitan plata para pagar salarios, porque este préstamo de 1.600 millones de dólares fue a salario. O sea está en quiebre técnico el Estado”, asegura.
Control del gasto
A criterio del economista Aníbal Insfrán, sacar adelante al país sin endeudarse será difícil. Sin embargo, el profesional pone énfasis en la necesidad de establecer el control del gasto.
“Yo no veo mucha alternativa para el financiamiento que no sea vía algún tipo de endeudamiento. O sea, sería poco creíble decir: vamos a aumentar impuestos, no vas a poder; sería poco creíble decir: bajemos todos los gastos, total el problema es ingreso luego siempre”, fundamenta.
Insfrán insiste en la necesidad de centrarse en la calidad y control del gasto. “Pienso que esa es la clave acá del proceso. Más que de la fuente de financiamiento, el énfasis debe estar en asegurar lo que se use, en lo que se va a usar. Que se use bien, que se hagan los controles, dada la escasez, especialmente, de recursos que hay, entonces tenemos que usarlos bien”, puntualiza.
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