La frase “modo coronavirus de vivir”, que se ha instalado en el país, delata la alta demanda de las medidas preventivas con las que hay que convivir actualmente hasta que se determine el hallazgo real de una vacuna contra el COVID-19 (coronavirus), en la lucha de intentar mitigar el contagio masivo y que colapse un sistema de salud que no está preparado para una pandemia como la actual.
Al efecto, a nivel global se debate el desarrollo de vacunas, tal y como lo señaló Infobae, que expresa que actualmente existen 6 de entre las más avanzadas contra el llamado coronavirus, todas están en fase de prueba de humanos, cuyos resultados se esperan para las próximas semanas. Es así que dos de ellas se están investigando en Estados Unidos, tres en China y uno es de origen británico.
Pero una vez encontrada la vacuna, ¿cuál será el desafío? De ello habla el Banco Mundial en un reciente artículo en su blog, de cómo garantizar una distribución equitativa de las vacunas en el mundo, lo cual solo se podrá lograr proporcionando un “acceso justo e igualitario” a una futura vacuna contra el COVID-19 como medida correcta, señala.
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El artículo menciona que la pandemia del COVID-19 no se parece a ninguna otra crisis sanitaria global y que se trata de la más difícil que el mundo haya enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial, teniendo en cuenta que ya se propagó por 200 países y territorios, infectando a más de 2,5 millones de personas, provocando 170.000 muertos, a más de profundizar una crisis económica y social seguida a la sanitaria.
Ante esto, las estimaciones del Banco Mundial indican que tras desestabilizar el virus a la economía mundial y exponer la debilidad de los sistemas de salud, a más de alterar la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, por lo menos 50 millones de personas caerán en la pobreza extrema.
Desde ese contexto, el organismo internacional insta a los países a trabajar juntos para el desarrollo de la vacuna, para lo cual ya en febrero de este año la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI), por sus siglas en inglés, se unió al Banco Mundial y a otros asociados para crear un grupo de trabajo para el desarrollo de vacunas contra el COVID-19, centrado en el financiamiento y la fabricación de vacunas que estén disponibles en todo el mundo.
Pese a que ya se habla de algunos avances, la CEPI estima que se necesitarán unos US$ 2.000 millones en financiamiento adicional para desarrollar hasta tres vacunas en los próximos 12 a 18 meses, cuyo cálculo no incluye los costos de fabricación o de distribución.
Punto en el que insisten en que se deberá contar con un financiamiento suficiente, y establecer un sistema de distribución equitativa para garantizar que todos los países del mundo, incluidos los más pobres, tengan el mismo acceso a las vacunas, para lo que tres principios rectores serán clave: trabajar rápidamente, fabricar y distribuir la vacuna a gran escala y garantizar el acceso mundial, insisten.
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