La Organización Mundial del Comercio (OMC), alertó a los Gobiernos a tener cuidado con las medidas de seguridad implementadas para detener el avance del COVID-19 y minimizar los posibles impactos en el suministro de alimentos, o las consecuencias no deseadas en el comercio mundial y la seguridad alimentaria, según lo publicó “Portal Portuario”.
Al respecto y sobre cómo afrontar tales sugerencias a nivel local, el economista y presidente de Cadiem Casa de Bolsa, Elías Gelay, señaló que se debe repensar en cuál sería la estrategia de reactivación o de nuevos movimientos en la economía, tal y como lo dice la OMC.
“El desafío es porque todos nos encontramos ante algo desconocido, pero es hora de empezar a trabajar en una estrategia de reactivación económica, que trate de garantizar todos los suministros básicos. Ya vemos problemas de distribución, principalmente en lo que son insumos para la salud y ver cómo las medidas adoptadas no tengan que dañar el comercio de todos los sectores, principalmente los alimentarios”, expresó.
Dijo esto, debido a que salieron a la luz las consecuencias que podrían representar la paralización total como el cierre de fronteras, sumado a las personas de los sectores afectados por las medidas sanitarias.
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Redireccionar medidas
Las estrategias que menciona el profesional deben ser diferentes, desde el punto de vista sanitario. Se debe analizar cómo se trabajará el comercio con los cuidados de salud necesarios. También se podría estudiar un plan de contingencia en materia educativa respecto a la continuidad o no de las clases, para que de esta manera la ciudadanía pueda saber qué hacer, cómo prepararse o cómo redireccionar la inversión de educación a gastos alimenticios, ya que demorar en nuevas estrategias podría traer consecuencias graves, explicó.
Para la OMC, las restricciones al comercio de alimentos también podrían estar vinculadas a preocupaciones injustificadas sobre la inocuidad de los alimentos. Si ese escenario se materializa, interrumpiría la cadena de suministro de alimentos, con consecuencias más fuertes para las poblaciones más vulnerables.
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“Al actuar para proteger la salud y el bienestar de sus ciudadanos, los países deben asegurarse de que las medidas relacionadas con el comercio no interrumpan la cadena de suministro de alimentos. Estas incluyen obstaculizar el movimiento de los trabajadores de la industria agrícola y alimentaria, a más de extender las demoras fronterizas para los contenedores de alimentos que dan como resultado el deterioro de los productos perecederos y el aumento del desperdicio de alimentos”, manifestó el director general de la OMC, Roberto Azevedo.