- WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS. AFP.
Donald Trump comienza mañana lunes su segundo mandato, una revancha política que escenifica en su primer retrato oficial: mirada desafiante a la cámara, con el ceño fruncido y semblante serio.
Ni los procesamientos penales, uno de los cuales le valió una condena histórica, ni las polémicas sobre sus comentarios racistas o sexistas ni las amenazas contra la prensa y sus opositores han impedido su regreso a la Casa Blanca.
A las 12:00 en punto del lunes, hora de la costa este de Estados Unidos, los códigos nucleares cambiarán de manos.
Trump se convertirá formalmente en el 47.º presidente de Estados Unidos y sucederá al demócrata Joe Biden como comandante en jefe del ejército más poderoso del mundo.
Donald Trump empezará su segundo mandato más desinhibido que nunca, con la promesa de llevar a cabo transformaciones en su país, que incluyen el espinoso asunto de inmigración ilegal. El millonario republicano ha logrado remontar políticamente siendo fiel a su estilo: ideas sencillas, machacadas una y otra vez, libres de convencionalismos.
“Si te gustó Trump 1, te gustará Trump 2″, opina Peter Loge, profesor de la universidad George Washington. Pero a diferencia de su primera etapa como presidente, entre 2017 y 2021, los obstáculos en su camino se han reducido.
Trump tiene una estrecha mayoría en el Congreso. La Corte Suprema está anclada a la derecha. Ha elegido a sus ministros y consejeros en función de su lealtad. Su influencia sobre su partido es inmensa.
“Trump ha remodelado el Partido Republicano a su imagen y semejanza”, afirma Jon Rogowski, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Chicago.
Casi 10 años después de entrar en política, el millonario ha conseguido rodearse de escuderos leales y sofocar las voces disidentes dentro del campo conservador. A diferencia de 2016, “las disputas internas en el partido no servirán de contención”, predice Jon Rogowski.
Las declaraciones del republicano han causado una onda de choque en algunas cancillerías, como cuando afirmó que quiere anexionar el Canal de Panamá y Groenlandia.
Nada asegura que vaya a cumplir este programa al pie de la letra.
“DESENMASCARAR A ENEMIGOS”
En su punto de mira también están aquellos que considera sus enemigos y piensa vengarse de ellos.
El republicano ha arremetido contra algunos de sus oponentes diciendo que “deberían ir a prisión”, pero también contra un “enemigo interior”, que no acaba de definir con claridad. Dice que el ejército debería de encargarse de él.
Además tiene en su radar a periodistas y medios de comunicación que prevé llevar ante los tribunales.
Porque el expresidente nunca ha digerido su derrota en las urnas en 2020 frente al demócrata Joe Biden y afirma, sin fundamento, que le robaron esos comicios.
Mientras tanto en la calle la ciudadanía toma el pulso a este nuevo periodo de Trump con mucha expectativa y confianza en lo que pueda hacer al frente de la Casa Blanca.
El 56 % de los estadounidenses cree que este segundo mandato será exitoso, según CNN.
Los líderes mundiales ya lo han llamado por teléfono, representantes de la extrema derecha de todo el mundo estarán en las gradas el lunes y el dinero de empresarios y magnates tecnológicos financia las festividades.
SEGURIDAD EXTREMA
Las medidas de seguridad serán excepcionales después de dos intentos de asesinato contra el republicano durante la campaña: 48 kilómetros de barreras, 25.000 policías desplegados, drones...
El primer mandato (2017-2021) del expromotor inmobiliario y presentador de un programa de telerrealidad fue caótico.
Esta vez, Donald Trump está completamente desinhibido ideológicamente, obsesionado con la idea de la “venganza” y mejor armado políticamente.
Debido a las temperaturas glaciales anunciadas para ese día, el republicano ha ordenado que “el discurso de investidura, además de las oraciones y otros discursos, se pronuncien en la Rotonda del Capitolio”. Para él, la agenda comenzará con un rezo y terminará con un baile por la noche.