Kamala Harris prometió a los obreros “empleos bien remunerados” y que “no requieran un título universitario” durante un mitin en Míchigan, donde tanto ella como Donald Trump cortejan a este electorado y a la comunidad musulmana. Las elecciones presidenciales del 5 de noviembre entre la candidata demócrata y el republicano podrían decidirse por unos pocos miles de votos en determinados condados de seis o siete estados clave, llamados pendulares.
Más de 10 millones de estadounidenses ya han votado, de los cuales más de tres millones en estos estados, según datos de la Universidad de Florida. Míchigan, base de las “tres grandes” fábricas de automóviles (Ford, General Motors y Chrysler), es uno de los estados pendulares.
En un mitin, la vicepresidenta prometió reequipar las fábricas, contratar localmente y trabajar “con los sindicatos para crear empleos bien remunerados, incluidos empleos que no requieran un título universitario”.
Trump realizará varios mítines, uno de ellos en Detroit, antiguo bastión de la industria automovilística estadounidense.