Israel mantuvo el fin de semana su ofensiva terrestre y aérea en Gaza, tras anunciar que enviaría una misión a Doha para proseguir las negociaciones con vistas a una tregua con Hamás y a la liberación de los rehenes en manos del movimiento islamista palestino. La comunidad internacional muestra por otro lado preocupación por el riesgo de que el conflicto de Gaza se extienda a la frontera norte de Israel, donde los duelos de artillería entre el ejército y el Hezbolá libanés son cotidianos.
El Hezbolá, un poderoso movimiento respaldado por Irán y aliado de Hamás, anunció el sábado que lanzó “drones explosivos contra un sitio militar” en Beit Hillel, en el norte de Israel, donde sonaron las sirenas antiaéreas.
El ejército israelí indicó por su lado que interceptó “un objetivo aéreo sospechoso” y dio parte de la caída de “artefactos hostiles” en esa localidad. También anunció que llevó a cabo bombardeos contra “objetivos terroristas de Hezbolá” en el sur de Líbano.
Israel señaló el viernes que persisten “diferencias” en las negociaciones indirectas con Hamás, mediadas por Qatar, EE. UU. y Egipto, pero que enviará una delegación a Doha la semana próxima para “continuar las conversaciones”.