- Río de Janeiro, Brasil. AFP.
Famoso por su playa interminable, el barrio de Copacabana de Río de Janeiro se convirtió estos días en el centro de atención en Brasil debido a una explosión de la criminalidad y la creación de grupos de vecinos “justicieros”, que movilizaron a las autoridades.
Algunos casos llegaron a los titulares: un turista que estaba en la ciudad para un concierto de Taylor Swift fue asesinado a puñaladas en la playa; otro hombre quedó inconsciente tras recibir golpes en un brutal atraco, y una joven fue violada por un vagabundo.
Como consecuencia, grupos de vecinos se organizaron y salieron a las calles con bates, puños americanos y otras armas para dar caza a presuntos delincuentes. Videos virales mostraron a jóvenes vestidos de negro, con el rostro cubierto, patrullando el barrio y golpeando violentamente a quienes acusaban de cometer delitos. En un Brasil profundamente desigual, los “justicieros” fueron acusados además de racismo a la hora de señalar a sus “sospechosos”.
Hace cinco años, el entonces presidente Michel Temer desplegó al ejército para hacerse cargo de la seguridad durante 10 meses, al afirmar que el crimen organizado se había convertido en un “cáncer” en Rio.