- Colombia. AFP.
“Caminé mucho, descansaba poquito. Conocí una montaña que nunca había conocido (...) No quiero que nadie pase por esa montaña en la situación en la que yo andaba”, así recuerda Manuel Díaz sus días secuestrado por la guerrilla del ELN entre senderos de las calurosas montañas de la frontera entre Colombia y Venezuela.
El padre del futbolista del Liverpool Luis Díaz fue raptado por motociclistas el 28 de octubre y entregado a una comisión de la Iglesia católica y la ONU el jueves. El viernes, en una rueda de prensa desde su casa en la pequeña localidad de Barrancas, dijo que pasó “casi 12 días sin dormir (...) a pesar de que el trato fue bueno”.
“No me sentía muy cómodo. Extrañaba todas mis cosas, mi familia, mis hijos, mi padre, mi hermana, el pueblo, los amigos que le gritan a uno ‘profe’”, se emocionó el entrenador de fútbol amateur de 56 años, quien volvió a casa agotado, cojeando y con un vendaje en su rodilla derecha.
Entre lágrimas, deseó que su liberación signifique “un gran paso para que la paz en Colombia sea un éxito” y pidió que “todas aquellas personas que en este momento estén secuestradas tengan la oportunidad de ser libres”.
“Los primeros dos o tres días sufrí con cuestiones del alimento”, dijo el viernes Manuel Díaz. Esas primeras jornadas caminaba entre 8 y 12 horas diarias. “Sentí un cambio a los tres días, cuando pareciera que ya estaba en las manos del ELN. Me hablaban diferente y me trataban diferente”, relató. “No hicieron un pedido de ningún recurso (dinero), se pensaba en eso, pero no se dio”, afirmó el hombre de ascendencia indígena, conocido en esta región desértica como Mane.
En la cima de una montaña, el jueves aterrizó un helicóptero que lo llevó hasta la ciudad de Valledupar, desde donde se trasladó por carretera a su natal Barrancas. En su pueblo fue recibido con música y celebraciones. “Cuando llegó el grupo de rescate y me tomaron de la mano, sentí mucha emoción, tuve que llorar mucho para desahogar”, aseguró.