Washington, Estados Unidos. AFP.
La publicación este lunes de los resultados de un ensayo clínico sobre un medicamento contra el alzhéimer, desarrollado por el grupo farmacéutico Eli Lilly, abre la puerta a su aprobación este año en Estados Unidos. Los resultados confirmaron la capacidad de donanemab para frenar la progresión de la enfermedad en los pacientes, sobre todo cuando se toma en las fases iniciales.
Pero algunos expertos tienen reticencias debido a que sus beneficios siguen siendo “modestos” y tiene efectos secundarios potencialmente peligrosos. En mayo, la Administración de Alimentación y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó un tratamiento similar para el mal de Alzheimer, Leqembi (lecanemab), fabricado por Eisai y Biogen. Eli Lilly dijo que espera que las autoridades sanitarias estadounidenses se pronuncien “para finales de año” y que está presentando solicitudes en otros países.
Donanemab, al igual que lecanemab, se administra por vía intravenosa y ataca las placas del cerebro de los pacientes afectados, conocidas como placas amiloides. El ensayo clínico del tratamiento de Eli Lilly se llevó a cabo en ocho países con más de 1.700 personas de entre 60 y 85 años que aún no habían alcanzado una fase avanzada de la enfermedad. Los resultados se publicaron el lunes en la revista científica Jama.
En un subgrupo de unas 1.200 personas cuyos cerebros mostraban niveles bajos de la proteína Tau -que indica una fase aún más temprana de la enfermedad-, el tratamiento redujo el deterioro cognitivo y funcional (capacidad para realizar actividades cotidianas) en un 35 % en 18 meses. Pero el tratamiento puede tener efectos secundarios graves, como edemas y hemorragias cerebrales. Tres muertes de participantes en el ensayo clínico están probablemente relacionadas con el tratamiento, informa el estudio.
“Los beneficios modestos probablemente no serían cuestionados por pacientes, médicos o contribuyentes” si estos tratamientos fueran “de bajo riesgo, baratos y sencillos de administrar”, afirmaron varios expertos en un artículo publicado también en Jama. “Pero ninguna de las tres cosas está demostrada”.
Recopilar más datos, incluso más allá de los 18 meses, será crucial para comprender mejor el equilibrio entre los beneficios y los riesgos de estos fármacos, subrayaron. También criticaron la baja proporción de personas de color incluidas en el ensayo, a pesar de que son las más afectadas por la enfermedad.
Estos fármacos de “primera generación” “no son perfectos”, resumió Susan Kohlhaas, de la organización Alzheimer’s Research UK. “Pero son un gran paso en la dirección correcta”. “Representan un gran avance que allanará el camino para muchos tratamientos futuros”, coincidió Giles Hardingham, profesor de farmacología de la universidad de Edimburgo.
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Chile compite por el Óscar con una historia de amor y alzhéimer
El periodista Augusto Góngora luchó cámara en mano para preservar la memoria histórica de Chile durante una de las más violentas dictaduras del hemisferio. Pero fue la batalla por su propia memoria la que lo convirtió en protagonista del documental nominado al Óscar “La memoria infinita”.
Dirigido por la chilena Maite Alberdi, la producción aborda el alzhéimer a través de una pareja que trabaja a diario para recordar el amor que los unió durante más de 20 años, en un país que se esfuerza por no olvidar su violento pasado.
“La película usaba una gran metáfora sobre la pérdida de memoria, pero de un país, a través de lo que le va pasando a él [a Góngora]”, dijo Alberdi a AFP. “Pero también es una gran lección de que cuando se pierde la memoria racional (...) existe una memoria emocional que trasciende, y que los dolores históricos quedan, incluso cuando pierdes la memoria”.
El documental sigue durante cinco años la cotidianidad de Góngora, diagnosticado con alzhéimer, y su esposa Paulina Urrutia, actriz y exministra de la Cultura, quien se convirtió en su cuidadora. Alberdi, de 40 años, buscaba traer una perspectiva diferente sobre el impacto de la devastadora enfermedad.
“Vi una forma muy especial de lidiar con el alzhéimer desde el amor”, dijo. “Sin ver el alzheimer como una tragedia, sino sólo como un contexto y entendiendo que la fragilidad es parte de la vida”. Para la directora, quien también fue nominada en 2021 al Óscar por su documental sobre la soledad en la vejez “El agente topo”, la experiencia fue agridulce. “Me afectó porque fui viviendo el deterioro, pero al mismo tiempo era una pareja que yo lo pasaba muy bien de estar con ellos”, dijo. “Para mí no fue un rodaje doloroso, sino que fue un gran una gran lección de amor”.
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“Yo ya no soy”
Augusto Góngora construyó una carrera frente a las cámaras. En los años del sangriento gobierno de Augusto Pinochet, el periodista formó parte de un servicio de noticias clandestino. Después fue coautor del libro “Chile: la memoria prohibida”, que narra los primeros años del régimen militar (1973-1990), y trabajó en la televisión nacional.
Tras décadas entrando a las casas de los demás para contar sus vidas, Góngora abrazó el proyecto de Alberdi que implicaba abrir su intimidad en un momento vulnerable. “Él sobre todo entendió que quería hacer esta crónica, que quería hacer el relato de su fragilidad”, dijo Alberdi.
“Se entregaron y se fueron acostumbrando a la presencia de la cámara”, cuenta. La cinta intercala escenas del matrimonio en su rutina tras el diagnóstico, con imágenes del pasado en viajes y celebraciones, así como clips de sus carreras. En una escena, Urrutia le lee a su marido la dedicatoria que él le firmó en su libro en los años 1990 y que ahora adquiere un significado más personal: “Sin memoria no sabemos quiénes somos (...) Sin memoria no hay identidad”.
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Alberdi tuvo que adaptarse a situaciones fuera de su control, como la llegada de la pandemia, cuando debido al aislamiento decidió enviarle una cámara a Urrutia para que continuara grabando escenas para el proyecto. “Yo pensé que era material que no iba a poder usar”, recuerda la directora.
“Pero finalmente es un material tan profundo, tan íntimo, tan lleno de emoción, que solo puede tener una pareja cuando está sola, que este problema que era la pandemia, se transformó en un gran regalo”. Otra decisión tomada sobre la marcha fue cuándo terminar el rodaje. “Es una escena que se ve en la película, que él dice ‘yo ya no soy’”, comentó Alberdi. “Fue la primera vez en cinco años que yo sentí que él se sentía incómodo consigo mismo. Y para mí, cuando él sintió que estaba perdiendo su identidad, para mí, ese fue el límite”.
Góngora falleció en mayo de 2023, cuatro meses después del estreno de “La memoria infinita” en el festival de Sundance, donde recibió el premio del jurado en la categoría documental. La cinta, que viene de ganar el Goya a la mejor película iberoamericana, pelea el Óscar con piezas políticas como “20 Days in Mariupol” y “Bobi Wine: The People’s President”, además de “Four Daughters” y “To Kill a Tiger”. La 96ª gala de los Óscar se celebrará en Hollywood el 10 de marzo.
Fuente: AFP.
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Alzheimer: descubren cinco casos desarrollados tras un tratamiento
Evidencia preocupante. Se supo que pacientes con problemas de crecimiento en su infancia que recibieron una terapia hormonal que actualmente ya no se usa “adquirieron” alzheimer. Esto, tras haber recibido proteínas contaminadas asociadas a la enfermedad durante el tratamiento. Este descubrimiento es el primero de su clase sobre esta afección, considerada la forma más común de demencia.
Ahora, expertos de Reino Unido identificaron posibles casos en los que el alzheimer “parece haber sido adquirido médicamente y debido a la transmisión de la proteína beta amiloide”, según informaron en un comunicado.
El hallazgo estuvo a cargo de científicos del University College of London (UCL) y del University College London Hospitals (UCLH), según publica el medio digital Infobae.
El estudio, publicado en la revista Nature, refiere que un grupo de pacientes jóvenes y aparentemente ajenos a las mutaciones genéticas relacionadas con el alzheimer adquirieron la enfermedad. Estos tenían un pasado en común: en su infancia habían recibido hormona de crecimiento extraída de cerebros humanos fallecidos. Este tratamiento era utilizado décadas atrás para abordar problemas de baja estatura.
Lo sorprendente radica en la transmisión de la proteína beta-amiloide al cerebro de estas personas durante el procedimiento hormonal, según planteó el trabajo.
Esta proteína, una de las características distintivas del alzheimer, se propagó décadas después, formando placas que desencadenaron la enfermedad neurodegenerativa. Estos casos fueron catalogados como “iatrogénicos”, debido a su origen en procedimientos médicos.
Conrado Estol, especialista en neurología, salud y bienestar, señaló a Infobae que “el hallazgo no significa que la enfermedad sea contagiosa y pueda ser transmitida entre pacientes y quienes tengan contacto con ellos.
Lo detectado en el estudio no podría ocurrir en la actualidad porque la hormona de crecimiento es sintética desde hace décadas cuando se abandonó el uso de la hormona extraída de cadáveres. La utilidad del estudio es tener un nuevo ángulo desde el cual se puede estudiar el aún no dilucidado mecanismo que genera la enfermedad de Alzheimer”.
SOBRE LA ENFERMEDAD
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el alzheimer puede representar entre un 60 por ciento y un 70 por ciento de los casos”. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta principalmente a las personas mayores y tiene un impacto significativo en la salud y la economía global.
El diagnóstico se basa en síntomas cognitivos y pruebas neuropsicológicas adaptadas a la cultura de cada paciente. Detectar la enfermedad de manera temprana es esencial para brindar el tratamiento adecuado a tiempo.
Existen factores de riesgo modificables que pueden ayudar a prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad; entre ellos, mantener actividad física, uso de suplementos vitamínicos y minerales, así como estimular el cerebro a través de diversas actividades.
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Alzheimer: descubrieron 5 casos desarrollados luego de un tratamiento médico
Evidencia preocupante. Se supo que pacientes con problemas de crecimiento en su infancia, que recibieron una terapia hormonal que actualmente ya no se usa, “adquirieron” Alzheimer. Esto, tras haber recibido proteínas contaminadas asociadas a la enfermedad durante el tratamiento. Este descubrimiento es el primero de su clase sobre esta afección, considerada la forma más común de demencia.
Ahora, expertos de Reino Unido identificaron posibles casos en los que el Alzheimer “parece haber sido adquirido médicamente y debido a la transmisión de la proteína beta amiloide”, según informaron en un comunicado. El hallazgo estuvo a cargo de científicos del University College of London (UCL) y del University College London Hospitals (UCLH), según publica el medio digital Infobae.
El estudio, publicado en la revista Nature, refiere que un grupo de pacientes jóvenes y aparentemente ajenos a las mutaciones genéticas relacionadas con el Alzheimer, adquirieron la enfermedad. Estos tenían un pasado en común: en su infancia, habían recibido hormona de crecimiento extraída de cerebros humanos fallecidos. Este tratamiento era utilizado décadas atrás para abordar problemas de baja estatura.
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Lo sorprendente radica en la transmisión de la proteína beta-amiloide al cerebro de estas personas durante el procedimiento hormonal, según planteó el trabajo. Esta proteína, una de las características distintivas del Alzheimer, se propagó décadas después, formando placas que desencadenaron la enfermedad neurodegenerativa. Estos casos fueron catalogados como “iatrogénicos”, debido a su origen en procedimientos médicos.
Conrado Estol, especialista en neurología, salud y bienestar, señaló a Infobae que “el hallazgo no significa que la enfermedad sea contagiosa y pueda ser transmitida entre pacientes y quienes tengan contacto con ellos. Lo detectado en el estudio no podría ocurrir en la actualidad porque la hormona de crecimiento es sintética desde hace décadas cuando se abandonó el uso de la hormona extraída de cadáveres. La utilidad del estudio es tener un nuevo ángulo desde el cual se puede estudiar el aún no dilucidado mecanismo que genera la enfermedad de Alzheimer”.
Sobre la enfermedad
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el Alzheimer puede representar entre un 60% y un 70% de los casos”. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta principalmente a las personas mayores y tiene un impacto significativo en la salud y la economía global.
El diagnóstico se basa en síntomas cognitivos y pruebas neuropsicológicas adaptadas a la cultura de cada paciente. Detectar la enfermedad de manera temprana es esencial para brindar el tratamiento adecuado a tiempo.
Existen factores de riesgo modificables que pueden ayudar a prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad; entre ellos mantener actividad física, uso de suplementos vitamínicos y minerales, así como estimular el cerebro a través de diversas actividades.
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La dieta en la enfermedad de alzheimer
- POR EL DR. MIGUEL ÁNGEL VELÁZQUEZ
- Dr. Mime
La enfermedad de Alzheimer, un temor recurrente en las consultas diarias, es un trastorno neurodegenerativo progresivo que afecta principalmente a la memoria, las habilidades cognitivas y el comportamiento de una persona. Se manifiesta de manera lenta y gradual, y suele empeorar con el tiempo. Los síntomas iniciales comunes incluyen dificultad para recordar información reciente, pérdida de memoria a corto plazo, desorientación en tiempo y espacio, cambios en el lenguaje y en la capacidad para realizar tareas cotidianas. Con la progresión de la enfermedad pueden aparecer síntomas más graves como la pérdida de memoria a largo plazo, cambios de personalidad, dificultad para comunicarse, desorientación completa e incluso la pérdida de la capacidad para llevar a cabo actividades diarias básicas.
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por la acumulación de placas de proteína beta-amiloide y ovillos neurofibrilares en el cerebro, lo que conduce a la pérdida de conexiones entre las células nerviosas y, finalmente, a la muerte de estas células. Aunque la causa exacta aún no se comprende completamente, se cree que factores genéticos, ambientales y de estilo de vida pueden desempeñar un papel en su desarrollo. Desafortunadamente, actualmente no existe cura para la enfermedad de Alzheimer, pero hay tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. La investigación sigue en curso para comprender mejor la enfermedad, encontrar métodos de diagnóstico más precisos y desarrollar terapias más efectivas.
Últimamente, y dentro de lo que se recomienda en el enfoque global de tratamiento, se ha puesto en vigencia el instalar algunos regímenes alimentarios que coadyuvan en el tratamiento, donde encontramos tanto una de las dietas que más recomiendan los médicos y nutricionistas y que se trata de la dieta mediterránea, así como otras similares llamadas DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) y MIND (Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay), las cuales pueden ayudar a proteger las neuronas, al igual que ayudar a pacientes hipertensos.
La ya famosa Dieta Mediterránea se basa en los patrones alimentarios tradicionales de países mediterráneos como Grecia, Italia y España y se caracteriza por el alto consumo de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pescado y aceite de oliva; el consumo moderado de lácteos, aves y huevos; y el consumo bajo a moderado de carnes rojas y azúcares refinados. Se asocia con la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, cáncer y enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer que es lo que nos ocupa en este domingo
Por su parte, la dieta DASH fue diseñada originalmente para controlar la presión arterial alta, por lo que se enfoca en reducir el sodio y promover la ingesta de alimentos ricos en potasio, calcio, magnesio y fibra. Hace énfasis en el consumo de frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y productos lácteos bajos en grasa; con una notoria limitación de alimentos altos en sodio y azúcares añadidos. No solo reduce la presión arterial, sino que también se ha asociado con la prevención de enfermedades cardíacas, accidentes cerebro vasculares, diabetes y cáncer.
Por último, la llamada dieta MIND es una combinación de la dieta mediterránea y DASH, diseñada específicamente para la salud cerebral y la prevención de enfermedades neurodegenerativas de tipo alzheimer. Se centra en alimentos que se considera que tienen un impacto positivo en la función cognitiva y la salud del cerebro, haciendo énfasis en verduras de hoja verde, arándanos, nueces, aceite de oliva, pescado, granos enteros, aves y limitación en el consumo de carnes rojas, lácteos altos en grasa, fritos y dulces. Estudios sugieren que seguir la dieta MIND puede reducir el riesgo de desarrollar alzheimer en un porcentaje significativo.
Esta alimentación siempre debe ser guiada por profesionales nutricionistas que controlen la correcta combinación y cantidad de nutrientes a ser ingeridos. Estas tres dietas y sus ingredientes contienen propiedades como carotenos, polifenoles y flavonoides, los cuales pueden proveer beneficios para complementar aquellos que se incluyen en los medicamentos que los médicos formulan para su tratamiento. En esta dieta se incluyen alimentos como verduras crucíferas como la rúcula, las coles de bruselas, el brócoli, el repollo, el nabo y la coliflor; verduras de hoja verde, tubérculos, aceite de oliva, cerezas, manzanas, uvas, frutillas, naranjas, nueces, cacao y café de forma moderada y pescados ricos en omega 3 y 6.
De todas formas, ninguna dieta debe ser saludable de forma global, ya que no hay un único alimento o suplemento capaz de cambiar la forma en que envejece el cerebro, así como también hay que tener en cuenta otros aspectos de la vida como los hábitos, si la persona realiza ejercicio físico, si no fuma y si no tiene riesgos de tener enfermedades como diabetes y afectaciones en la hipertensión y colesterol alto. Como conclusión podemos decir que una alimentación y una suplementación nutricional adecuada es también una terapia no farmacológica para los pacientes con alzheimer en riesgo de desnutrición o desnutridos, por lo que debería haber una adherencia terapéutica como parte del tratamiento. Esto porque se sabe que existe un 80 por ciento de los pacientes con alzheimer que presentan desnutrición, lo que afecta la evolución de su enfermedad, aumentando las complicaciones, infecciones y la mortalidad, por las condiciones que presenta la enfermedad como pérdida de gusto y problemas al tragar.
A alimentarse para estar bien DE LA CABEZA siempre. ¡Nos leemos en una semana!