Moscú, Rusia. AFP.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, anunció que Rusia ya había empezado a transferir armas nucleares a su país, una decisión que, según la oposición bielorrusa, supone una amenaza “para Ucrania y para toda Europa”.
Lukashenko, que hizo este anuncio al margen de una cumbre regional en Moscú, indicó que su homólogo ruso, Vladimir Putin, le comunicó que ya había firmado el decreto para el envío de las ojivas nucleares, aunque no precisó si los proyectiles ya habían llegado a territorio bielorruso. “La transferencia de armas nucleares ha empezado”, afirmó Lukashenko en respuesta a un periodista, en un video del canal oficioso de la presidencia bielorrusa en Telegram. Moscú anunció en marzo que desplegaría armas nucleares “tácticas” en territorio de Bielorrusia, lo que alimentó el temor a una escalada en el conflicto en Ucrania y generó críticas de la comunidad internacional, sobre todo de las potencias occidentales.
“Esto no solo pone en peligro la vida de los bielorrusos, sino que también crea una amenaza para Ucrania y para toda Europa”, afirmó en Twitter la opositora bielorrusa en el exilio Svetlana Tijanóvskaya.
El anuncio tuvo lugar el mismo día en que el grupo paramilitar ruso Wagner empezó a traspasar al ejército ruso sus posiciones en la ciudad ucraniana de Bajmut, que afirma haber conquistado tras meses de feroces combates.
La viceministra ucraniana de Defensa, Ganna Maliar, indicó que las tropas de Wagner cedieron posiciones a las tropas regulares rusas “en la periferia de Bajmut”, pero que siguen en la ciudad. Maliar aseguró además que los soldados ucranianos aún controlan un suburbio al suroeste de Bajmut.
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El jefe de Wagner sigue en Rusia
El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, aseguró el jueves que el jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, está en Rusia, el mismo día que un bombardeo ruso dejó cuatro muertos en la ciudad ucraniana de Leópolis. Lukashenko fue el mediador del acuerdo que puso fin a la revuelta de Prigozhin en Rusia, el desafío más serio en décadas al gobierno del presidente Vladimir Putin. Ese pacto incluía que el mercenario se exiliara a Bielorrusa, lo que todavía no sería el caso.
“En cuanto a Prigozhin, está en San Petersburgo. ¿Dónde está esta mañana? Puede haber partido a Moscú, o a otro lado, pero no está en territorio bielorruso”, dijo el presidente Lukashenko en una rueda de prensa con medios extranjeros en Minsk. Según él, los combatientes de Wagner también están “en sus campamentos permanentes” en Ucrania y no en Bielorrusia, “por el momento”. Poco después el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que “no seguimos sus movimientos”.
Según el acuerdo alcanzado con el Kremlin con mediación de Lukashenko y que puso fin a la rebelión del grupo Wagner del 24 de junio, Prigozhin debía exiliarse en Bielorrusia, un país aliado y vecino de Rusia. El presidente ruso Vladimir Putin, que denunció entonces a Prigozhin como “traidor”, dio a los combatientes de Wagner la opción de unirse al ejército regular, irse a Bielorrusia o regresar a la vida civil.
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Lukashenko anunció el 27 de junio que Prigozhin había llegado a Bielorrusia y había convencido al Putin de que no lo matara. “Sé con certeza que está en libertad”, dijo Lukashenko el jueves, afirmando haber tenido una conversación telefónica “ayer” con Prigozhin, quien le aseguró que continuaría “trabajando para Rusia”.
El presidente bielorruso aseguró también que la cuestión de la “reubicación” de Wagner en Bielorrusia “no está resuelta”, al tiempo que dijo estar convencido de que el grupo paramilitar ruso no se rebelará ni usará sus armas contra Minsk. Tras su motín de 24 horas que sacudió el Kremlin, Prigozhin aseguró que no quería tomar el poder sino proteger a Wagner del riesgo de ser desmantelado por el Estado mayor ruso, al que acusa de incompetencia en el conflicto de Ucrania.
Misiles contra Leópolis
En Ucrania la guerra sigue y Leópolis fue blanco de una ola de misiles rusos durante la noche que dañaron más de 30 edificios, según las autoridades locales. El ataque golpeó varios edificios de esta ciudad del oeste de Ucrania, cercana a Polonia, y dejó cuatro muertos y 37 heridos.
“Este es el ataque más destructivo contra la población civil de la región de Leópolis desde el comienzo de la guerra”, señaló en Telegram el jefe de la administración militar regional, Maksym Kozytsky. “Me desperté por la primera explosión, pero no tuvimos tiempo de salir del apartamento. Hubo una segunda explosión, el techo comenzó a caer”, dijo a la AFP Olya, una residente.
En la central nuclear de Zaporiyia (sur), la más grande de Europa y que está en manos de los rusos desde marzo de 2022, las tensiones están “disminuyendo”, dijo Nataliya Gumenyuk, una portavoz del ejército ucraniano. Ambas partes se acusaron mutuamente esta semana de planear ataques en la planta. Casi un mes después del inicio de la contraofensiva ucraniana, el Estado mayor anunció avances “en algunos lugares” alrededor de la devastada ciudad de Bajmut.
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El presidente ucraniano Volodimyr Zelenski critica la lentitud de las entregas de armas occidentales, que según él han permitido a Rusia fortalecer sus defensas en las zonas ocupadas. Ucrania exige en particular aviones de combate F-16 y municiones de artillería para hacer frente a la superioridad aérea y la avalancha de fuego ruso en el frente.
Zelenski llegó a Bulgaria este jueves, donde se reunirá con el primer ministro Nikolai Denkov y el presidente Rumen Radev, antes de una importante cumbre de la OTAN en Vilnius (Lituania), el 11 y 12 de julio. El objetivo de la visita es acelerar las entregas de armas ligeras y de municiones soviéticas, cruciales para la contraofensiva ucraniana en curso. Según la presidencia rusa la visita ilustra el deseo de Kiev de involucrar a “más países” en el conflicto, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Fuente: AFP.
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Milicias amotinadas se retiran por orden de su jefe
Las fuerzas del grupo paramilitar Wagner comenzaron este sábado a replegarse en Rusia por orden de su líder, quien anunció inesperadamente su retirada tras desafiar a la autoridad de Vladimir Putin, mientras Kiev reivindicaba avances en el este de Ucrania.
El volátil Yevgueni Prigozhin, que había prometido “liberar al pueblo ruso” llevando a sus tropas hasta Moscú, finalmente dio marcha atrás para evitar un derramamiento de “sangre rusa”, según sus palabras. “Nuestras columnas dan media vuelta y volvemos a nuestros campamentos”, declaró.
Desde el anuncio de la sublevación el viernes en el suroeste de Rusia, los hombres de Wagner alcanzaron tres regiones rusas (Rostov, Voronej y Lipetsk) y se quedaron a menos de 400 kilómetros de la capital.
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Aclamados por decenas de habitantes de Rostov con gritos de “¡Wagner, Wagner!”, los combatientes comenzaron a abandonar el lugar en la noche del sábado, según reporteros de la AFP presentes y pasada la medianoche, habían salido de la zona completamente, indicó el gobernador regional, Vasili Golubev.
Conforme al acuerdo alcanzado, Prigozhin podrá marcharse a Bielorrusia y evitar ser encausado judicialmente en Rusia, al igual que sus combatientes, tenida cuenta de los “méritos en el frente” ucraniano del grupo paramilitar, aseguró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
“El principal objetivo era evitar un baño de sangre (...) y enfrentamientos con resultados impredecibles”, señaló Peskov.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aliado cercano de Putin y que conoce al propio Prigozhin desde hace más de dos décadas, parece haber jugado un papel mediador clave. Según Minsk, fue él quien propuso al jefe de Wagner frenar su avance en Rusia. “Estamos agradecidos al presidente de Bielorrusia por estos esfuerzos”, dijo el portavoz del Kremlin.
Vuelta progresiva a la calma
Prigozhin advirtió el viernes que contaba con 25.000 efectivos decididos a llegar “hasta el final” y “destruir todo lo que se interpusiera” en su camino. “Estamos muriendo por el pueblo ruso, que debe ser liberado de quienes bombardean a la población civil”, afirmó, en referencia al destacado papel de los mercenarios en importantes batallas en Ucrania.
Confrontado a su mayor desafío desde su llegada al poder en 1999, el presidente ruso, Vladimir Putin, buscó mantener el control. En las horas previas había condenado la “traición” de Prigozhin y alertado del riesgo de una “guerra civil” en pleno conflicto con Ucrania.
Tras el anuncio del repliegue, comenzaron a levantarse algunas medidas excepcionales de seguridad tomadas en Rusia ante el avance de Wagner, en particular en la región de Lipetsk, al sur de la capital, por donde habían entrado los paramilitares, en Moscú, y en la región rusa de Kaluga, cuya capital regional se encuentra a 180 km al sur de Moscú. “Las restricciones impuestas hoy comienzan a levantarse. En un futuro próximo, reabriremos el acceso a las carreteras de la región”, dijo el gobernador regional, Igor Artamonov.
“Prigozhin humilló a Putin”
En medio de la confusión en Rusia, Kiev lanzó maniobras ofensivas contra las fuerzas rusas en el frente este y realizó nuevos “avances en todas las direcciones”, anunció el Ministerio de Defensa.
Tras asegurar que Ucrania era ahora el único responsable de “la seguridad del flanco oriental de Europa”, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó una vez más a Occidente a entregar “todas las armas necesarias”, en particular los cazas F-16.
Para Zelenski, el intento de golpe de estado de Wagner muestra que “el liderazgo ruso no tiene control sobre nada”. “El hombre del Kremlin obviamente está muy asustado”, dijo.
Pese a la marcha atrás del líder de Wagner, el consejero presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak, aseguró en Twitter que “Prigozhin humilló a Putin/al Estado y demostró que ya no existe un monopolio legítimo de la violencia” en Rusia.
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Rusia transfirió ojivas nucleares a Bielorrusia
Moscú, Rusia. AFP.
El presidente Vladimir Putin confirmó que Rusia ya había empezado a transferir armas nucleares a Bielorrusia, tal como lo había anunciado en marzo.
“Las primeras ojivas nucleares fueron transferidas a territorio bielorruso. Son solo las primeras, pero antes del fin del verano completaremos el proceso”, dijo Putin durante un foro económico en San Petersburgo (noroeste), transmitido en vivo por la televisión rusa, pero al que la AFP no pudo asistir al no tener acreditación.
El presidente ruso recordó que el “despliegue de armas nucleares tácticas” en Bielorrusia fue el resultado de un acuerdo anunciado en marzo con el presidente bielorruso Alexander Lukashenko, quien prestó el territorio de su país a Rusia para atacar a Ucrania.
El presidente ruso anunció el 25 de marzo que Moscú desplegaría armas nucleares “tácticas” en el territorio de Bielorrusia, un país ubicado a las puertas de la Unión Europea, alimentando el temor a una escalada del conflicto en Ucrania.
Las llamadas armas nucleares “tácticas” pueden causar un daño inmenso, pero su radio de destrucción es más limitado que el de las armas nucleares “estratégicas”.
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Condenan a Nobel de la Paz bielorruso a 10 años de cárcel
Un tribunal de Bielorrusia condenó el viernes a 10 años de prisión a Ales Bialiatski, coganador del Premio Nobel de la Paz 2022 y figura destacada del movimiento democrático en esta exrepública soviética sometida a una severa represión. La organización de defensa de derechos humanos Viasna (“primavera”) precisó que otros dos activistas juzgados junto a Bialiatski, Valentin Stefanovich y Vladimir Labkovich, recibieron condenas de nueve y siete años de prisión, respectivamente. Un cuarto acusado, Dmitri Soloviev, juzgado en rebeldía tras haber huido a Polonia, fue condenado a ocho años de cárcel. Todos fueron además condenados a pagar una multa de unos 70.000 dólares.
Los activistas fueron encarcelados tras las históricas manifestaciones contra la controvertida reelección de 2020 del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, a un sexto mandato. “Estas sentencias monstruosas son una venganza por defender los derechos humanos. Se trata de una orden política que viene de la cima de este poder dictatorial”, declaró Soloviev a la AFP.
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Bialiatski, de 60 años, y los otros activistas fueron acusados de financiación de “actividades que violan gravemente el orden público”, según la ONG. Detenido en julio de 2021, Bialiatski fue galardonado al año siguiente con el Nobel de la Paz por su defensa de los derechos humanos, junto con la organización rusa Memorial y la ucraniana Centro para las Libertades Civiles.
Este activista fundó y dirigió durante varios años Viasna, principal grupo de derechos humanos en este país autoritario, dirigido desde 1994 por el inflexible Lukashenko. Durante las manifestaciones de 2020, la ONG desempeñó un papel clave en la documentación de las medidas represivas y las detenciones de manifestantes.
“Injusticia vergonzosa”
La líder de la oposición bielorrusa, Svetlana Tijanóvskaya, calificó la condena como una “injusticia vergonzosa”. “Debemos hacer todo lo posible para luchar contra esta injusticia vergonzosa”, escribió en Twitter. Una portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos pidió el fin de las “persecuciones” contra los opositores en Bielorrusia.
La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baebock, calificó de “farsa” el proceso y señaló que fueron condenados por su “compromiso con el derecho, la dignidad y la libertad de las personas en Bielorrusia”. Y el primer ministro de Polonia tachó la condena de “escandalosa”. Durante el juicio los tres activistas clamaron su inocencia. Bialiatski ya pasó casi tres años en prisión en Bielorrusia entre 2011 y 2014 tras ser condenado en otro caso denunciado como político. Hasta el 1 de marzo, Bielorrusia tenía 1.461 presos políticos, según Viasna.
Los países occidentales han aprobado varios paquetes de sanciones contra Bielorrusia por su represión de las protestas de 2020, pero el régimen sigue contando con el apoyo inquebrantable de Rusia. A cambio, Bielorrusia aceptó servir de base de retaguardia para las tropas rusas en el conflicto en Ucrania. Pero hasta ahora el ejército bielorruso no ha participado directamente en los combates.
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Cascada de juicios
Además del juicio contra Bialiatski hay otros abiertos contra activistas del movimiento democrático en Bielorrusia. Tijanóvskaya, destacada figura opositora que vive exiliada, y varios de sus colaboradores, están siendo juzgados actualmente en rebeldía.
También están siendo juzgados varios periodistas encarcelados de la página web Tut.by, principal medio independiente de Bielorrusia. Sobre ellos recaen una serie de acusaciones como evasión fiscal e incitación al odio. En 2021, la web fue considerada como “extremista”. En febrero ya fue condenado a ocho años de cárcel el periodista y activista Andrzej Poczobut.
A mediados de febrero también se inició el juicio de los tres fundadores del medio de comunicación opositor Nexta, que desempeñó un papel importante en las protestas de 2020. Dos de ellos están siendo juzgados en rebeldía; el tercero, Roman Protasevich, fue devuelto por la fuerza a Bielorrusia en mayo de 2021.
Fuente: AFP.