Bogotá, Colombia. AFP.
Unos 3.000 militantes integran el Clan del Golfo, la banda narco más poderosa de Colombia. De origen paramilitar, la organización desafió los intentos de paz del primer gobierno de izquierda del país y volvió a quedar en la mira de una cacería oficial contra la cocaína y la minería ilegal.
La organización que lideró alias Otoniel, el capo extraditado a Estados Unidos el año pasado, es también conocida como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y Urabeños. Sus tentáculos se extienden a 25 de los 32 departamentos del país, donde se disputan a sangre y fuego las rutas del narcotráfico y otros negocios ilegales.
A continuación, algunas claves para entender al poderoso ejército mafioso que se apartó de las políticas de paz del presidente Gustavo Petro.
El Clan del Golfo surgió de las cenizas de grupos paramilitares de extrema derecha desmovilizados en 2006 que sembraron terror en los años noventa con su lucha antiguerrillera. Dairo Antonio Úsuga “Otoniel”, su último jefe, fue detenido en 2021 en una megaoperación militar y policial.
Al año siguiente fue extraditado a Estados Unidos en medio de una violenta arremetida de venganza que dejó una veintena de policías muertos. Según cálculos oficiales, el Clan del Golfo trafica al exterior unas 700 toneladas de cocaína anuales.
También se lucra de la minería ilegal que deforesta y libera enormes cantidades de mercurio en el medioambiente.El gobierno sostiene que el clan está detrás de las violentas protestas de mineros de oro que sacuden al noroeste del país desde comienzos de marzo.