• Turquía. AFP.

La foto de un construc­tor inmobiliario dete­nido cuando inten­taba huir de Estambul es el símbolo de la indignación en Turquía contra las mafias de la construcción, acusa­das por el derrumbe de miles edificios durante el terre­moto de hace una semana. El conjunto residencial “Röne­sans” (Renacimiento) cons­truido en Antakya, en el sur de Turquía, tenía ocho plan­tas y 250 apartamentos. Fue levantado hace diez años y contaba hasta con una pis­cina. Presentado como un entorno de lujo, la torre se derrumbó sobre sus habi­tantes. Este edificio es uno de los miles que colapsaron tras el sismo de magnitud 7,8 ocurrido el lunes pasado a la madrugada y con un saldo, solamente en Turquía, supe­rior a 30.000 muertos.

Frente a la creciente indig­nación, retratada en la prensa y difundida por las redes sociales, las autori­dades turcas reaccionaron rápidamente con decenas de detenciones y mandatos de arresto que se multiplican.

Ayer domingo diez personas ya estaban detenidas, entre ellas dos promotores inmo­biliarios que intentaron huir a Georgia, mientras 114 esta­ban prófugas, anunció el ministro turco de Justicia, Bekir Bozdag. El destino de la residencia “Rönesans” se convirtió en un caso emble­mático de las malas prácti­cas denunciadas desde hace tiempo.

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CATÁSTROFE

La cifra de muertos por el terremoto del pasado lunes en Siria suma ya 5.273 fallecidos, según el último balance publicado por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, el fin de semana. Turquía ha con­firmado 24.617 muertos, por lo que el total de falle­cidos asciende a 29.890. Sin embargo, otras fuentes ya hablaban de alrededor de 33 mil víctimas.

ONU ADMITE FRACASO EN AYUDA

AFP.

Naciones Unidas lamentó ayer las demoras en la llegada de ayuda humanitaria al noroeste de Siria, devastada por el sismo que dejó más de 33.000 muertos en ese país y la vecina Turquía, una cifra que podría duplicarse. Los últimos balances hablan de 33.179 falle­cidos (29.605 en Turquía y 3.574 en Siria), por el terremoto más vio­lento en la región desde hace 80 años. Un nuevo convoy de Nacio­nes Unidas llegó ayer domingo al noroeste de Siria, pero el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, insistió en que se necesita más apoyo para las millones de personas que perdieron sus casas en el sismo del lunes. “Hasta ahora le hemos fallado a la gente del noroeste de Siria. Tienen derecho a sentirse abandonados, espe­rando una ayuda internacional que no ha llegado”, dijo Griffiths.

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