En el tercer día del jui­cio contra los ocho rugbiers, acusados de haber matado a golpes al joven Fernando Báez, el pri­mero en declarar fue Pablo Ventura, quien fue señalado falsamente por los acusados como autor de la agresión que terminó con la vida de Fer­nando.

Pese a que fue sobreseído del caso por no encontrarse ele­mentos en su contra, él y su padre José María Ventura prestaron declaración.

“Yo no soy de faltar el respeto, nunca jamás han escuchado un insulto mío, ni en el peor de los momentos, pero des­pués de la barbaridad que hicieron, para mí son ase­sinos”, aseveró José María Ventura, quien agregó que la falsa acusación fue un acto de cobardía por parte de todos los agresores de Fernando.

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El padre de Ventura indicó que este suceso “les cambió la vida” y que afectó en gran medida a su hijo, dado que se rehusaba a salir de su casa y a volver a practicar remo. “Des­pués de lo que pasó en Gesell, Pablo no quería salir. En un momento pensamos en poner un psicólogo. De a poco fue saliendo, comenzó a remar, a encontrarse con sus amigos, nos cambió la vida”, apuntó.

En su declaración mencionó que su hijo estaba desespe­rado por probar su inocencia, puesto que se estaba come­tiendo una injusticia al seña­larlo como autor de un hecho que no cometió. “Le causaron daño a él y a nosotros”, mani­festó. Además mencionó que la acusación por parte de los rugbiers pudo estar motivada por la “envidia”.

Uno de los convocados a declarar en el juicio fue Franco Cervera, de 22 años, amigo de Fernando, que estuvo presente en el día de la agresión. Este identificó a uno de los imputados y lo señaló como el responsable de haber arengado en contra de Báez Sosa.

“Recuerdo que había una persona con flequillo que no paraba de gritar, arengaba, pegándole a cualquiera que se acercara a él, a Fernando, a los que íbamos para ese lado. Era Ayrton Viollaz”, aseguró ante los jueces y mencionó que el ataque que recibió su amigo fue de forma sorpresiva.

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