San Francisco, EEUU. AFP.
El futuro de Twitter parecía incierto, ayer viernes después de que numerosos ingenieros de la influyente red social le tomaran la palabra a Elon Musk y anunciaran que se irían de la empresa, en lugar de quedarse para darlo todo “incondicionalmente”.
Según ex empleados y varios medios estadounidenses, cientos de empleados respondieron “no” al ultimátum del nuevo dueño y jefe, quien les había dado a elegir entre trabajar incansablemente “para construir un Twitter 2.0 revolucionario” o irse con tres meses de salario.
La mitad de los 7.500 empleados del grupo californiano fueron despedidos hace dos semanas y otros 700 ya habían dimitido en el verano boreal, incluso antes de estar seguros de que la operación de compra-venta se concretaría.
“Mis amigos se han ido, se avecina una tormenta y no hay ningún incentivo económico. ¿Qué harías? ¿Sacrificarías el tiempo que pasas con tus hijos durante las vacaciones por promesas vagas y la oportunidad de hacerte rico? ¿Más rico?”, resumió Peter Clowes, ingeniero informático y director en Twitter y “superviviente de los despidos”, según su perfil de Linkedin.
Pero solo “tres ingenieros de los 75″ de su equipo han sobrevivido. “Si me hubiera quedado, habría estado de servicio casi constantemente, con muy poco apoyo, por un período indefinido en sistemas informáticos complejos en los que no tengo experiencia”, señaló. Además, “no se ha compartido ninguna visión con nosotros. Ningún plan quinquenal como en Tesla. (…) Es una pura prueba de lealtad”.
“¿Qué debería hacer Twitter ahora?”, tuiteó Elon Musk ayer viernes. El jefe de Tesla quiso comprar la compañía californiana en la primavera boreal, para abandonar el proyecto en el verano y verse obligado a adquirirla a finales de octubre por 44.000 millones de dólares, para evitar un juicio. Desde entonces Musk ha movilizado equipos día y noche en proyectos polémicos que han tenido que aplazarse, lanzó un plan social masivo antes de tener que volver a llamar a personas imprescindibles e hizo promesas a los anunciantes al tiempo que los amenazaba. El jueves por la noche, muchos usuarios de la red social, incluidos ex colaboradores, periodistas y analistas, se preguntaron si el fin de Twitter estaría cerca.