• Jerusalén. AFP

Gran vencedor de las elecciones legislativas, Ben­jamin Netanyahu lanzó las negociaciones con sus aliados ultraortodoxos y de extrema derecha con vis­tas a formar un gobierno que podría ser el más derechista de la historia de Israel, lo que suscita inquietudes internacio­nales y locales. “¿A dónde van?” tituló ayer el Yediot Aharonot, el diario más vendido en Israel.

Con 64 escaños sobre un total de 120 en la Kneset (Parlamento), el bloque de derecha de Netanyahu –que dejó el poder en junio del 2021 tras 12 años de reinado continuo– ganó las eleccio­nes del martes. Su partido, el Likud, obtuvo 32 escaños, sus aliados ultraortodoxos, 18, y la alianza Sionismo Religioso, 14, un récord para la extrema derecha.

Según la ley electoral israelí le corresponde ahora al pre­sidente de Israel, Isaac Her­zog, que tiene un rol princi­palmente simbólico, encargar al líder político con más posi­bilidades que forme gobierno, y seguramente será Netan­yahu. Entonces, se abre un plazo de 42 días para formar un ejecutivo.

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Pero, según la prensa israelí, el bando de Netanyahu no esperó tener luz verde de manera formal y el ex pri­mer ministro encargó a Yariv Levin, uno de sus aliados más cercanos, que inicie unas con­versaciones que se anuncian complejas, especialmente con la formación Sionismo Reli­gioso.

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