Egipto. AFP.
La conferencia internacional sobre el cambio climático (COP27) se abre mañana en el balneario egipcio de Sharm el Sheij entre llamamientos de alarma contra el calentamiento del planeta y un gran nerviosismo por el desabastecimiento energético. La COP es la gran cita anual de las Naciones Unidas para combatir el cambio climático.
Egipto quiere que esta sea la “COP africana” para dar voz a los reclamos del continente: básicamente, más ayuda para la adaptación al impacto medioambiental del calentamiento global y medidas colaterales, como una condonación de la deuda externa.
Pero la guerra en Ucrania, la angustia europea ante la gran crisis del gas y el petróleo y las elecciones legislativas en Estados Unidos (8 de noviembre) amenazan con dominar, una vez más, una conferencia que reúne, hasta el 18 de noviembre, a prácticamente toda la comunidad internacional, casi 200 miembros. El lunes 7 y el martes 8 se celebrará una cumbre de líderes políticos a la que acudirán unos 125 participantes, según la presidencia egipcia.
Aunque no participará directamente en ese foro, reservado a los mandatarios en ejercicio, el reciente ganador de las elecciones brasileñas, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció su intención de acudir a la COP27 tras ser inesperadamente invitado por Egipto. El presidente estadounidense, Joe Biden, confirmó su presencia, pero habrá también destacados ausentes, como el ruso Vladimir Putin o el chino Xi Jinping.
En medio de temores a una recesión mundial, la COP27 se abre precisamente bajo la amenaza de bloqueo a causa de un espinoso tema, los “daños y pérdidas” causados por el cambio climático.