Londres, Reino Unido. AFP.
El Partido Conservador británico abrió ayer viernes una frenética campaña para encontrar sucesor a la dimitida primera ministra Liz Truss, con la posibilidad de un retorno de Boris Johnson, que ya suma sus primeros apoyos, pero también una tenaz oposición.
La actual ministra británica de relaciones con el Parlamento, Penny Mordaunt, se convirtió ayer viernes en la primera candidata declarada para reemplazar a Truss, que renunció el jueves tras apenas 44 días en el cargo marcados por una crisis económica desencadenada especialmente por sus propias decisiones.
“Soy candidata para ser la jefa del Partido Conservador y primera ministra, para unir a nuestro país, concretar nuestros compromisos y ganar las próximas elecciones legislativas”, escribió en Twitter Mordaunt, de 49 años y ex ministra de Defensa y de Comercio Internacional.
Si la candidatura de Mordaunt –que peleó por el cargo cuando Truss fue elegida– era esperada, la gran sorpresa es el posible regreso del precedente primer ministro, Boris Johnson, que está en todas las portadas de la prensa y comienza a fortalecerse. Johnson, obligado a anunciar su dimisión en julio tras una serie de escándalos, suma varios apoyos y sigue siendo muy popular en las bases del partido.
El ministro de empresas, Jacob Rees-Mogg, fue el primer miembro del actual gobierno en apoyarlo. Después lo hizo el secretario de Defensa, Ben Wallace, quien expresó que piensa que Boris es el hombre indicado. “Por el momento, me inclinaría hacia Boris Johnson”, dijo ante la televisión, aunque matizó que el ex primer ministro todavía tiene “algunas preguntas” por responder sobre su mandato de tres años.
“Bojo: Volveré”, tituló el tabloide The Sun, en referencia a un posible regreso de Jonhson.
Según el diario conservador Daily Telegraph, el predecesor de Truss se presenta como potencial salvador de una debacle electoral. A su vez, el Daily Mail afirma que Johnson volvería de manera anticipada de unas vacaciones en el Caribe. Pero su retorno no está asegurado y varios parlamentarios conservadores afirmaron que renunciarían si Johnson vuelve.