Londres, Reino Unido. AFP.
La primera ministra británica, la conservadora Liz Truss, anunció ayer jueves su dimisión apenas seis semanas después de llegar al poder, acorralada por sus propias filas, y su formación deberá escoger a un nuevo líder la semana que viene.
“Dada la situación, no puedo cumplir con el mandato para el cual fui elegida por el Partido Conservador”, declaró Truss, de 47 años, que se convirtió en la jefa del gobierno británico que menos tiempo pasó al mando del ejecutivo.
Un nuevo proceso de votación interna de los conservadores se organizará rápidamente, de aquí al 28 de octubre, en un contexto de grave crisis económica y con una inflación de 10,1% en setiembre, la más alta en 40 años. Según el dispositivo revelado por el partido, tres diputados conservadores, como máximo, podrán presentarse como candidatos oficiales a sucederla y necesitarán tener al menos 100 apoyos (de los 357 representantes conservadores). Estos apoyos deberán ser presentados de aquí al lunes, a las 14:00 locales (13:00 GMT), para una votación el 28 de octubre.
El anuncio de la dimisión se produjo tan solo unos momentos después de que su portavoz asegurara que la mandataria no tenía previsto dejar el cargo y que seguía trabajando con el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, para presentar un plan económico.