Londres, Reino Unido. AFP.

Miles y miles de personas desfilaban emocionados ayer jueves en Londres ante los restos mortales de Isabel II, la única reina que la mayoría conoció, y una figura que gozó del raro privilegio del afecto casi unánime en su país.

“Todo el mundo está contento de estar aquí, pero va a ser más triste” cuando llegue el momento de estar ante la reina, explicó Lisa Doodson, que vive en las afueras de Londres y que se puso en la fila a las 6:00 (5:00 GMT). Isabel II murió el jueves 8 de setiembre a los 96 años tras 70 de reinado, y fue sucedida por su hijo, Carlos III, de 76.

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El féretro con los restos de la reina se instaló en Westminster Hall, la parte más antigua del Parlamento, una sala majestuosa del siglo XI que es el embrión institucional del Reino Unido. La cola avanzaba fluidamente y una veintena de sillas de camping se amontonaban a la entrada del Parlamento, abandonadas por quienes habían conseguido entrar.

“Diría que se ha ido muy rápido. Hay un ambiente muy agradable. Todo el mundo ha estado charlando, hay una variedad de gente simpática, con tantas historias diferentes”, explicó Robert Sutton, un profesor de inglés que inició la espera poco después de medianoche. “Cada uno tiene sus propias razones personales para venir, pero, obviamente, todos queremos presentar nuestros respetos a la reina”, apostilló.

Harvey, un contable de 50 años, describió como una experiencia “increíblemente emocionante” pasar ante la reina, y dijo que mucha gente lloraba, “pero en silencio total”. El uso de celulares estaba prohibido en el interior del recinto. El endiablado tiempo londinense parecía dispuesto a echar una mano y se anunciaba soleado en los próximos días.

Carmen Martínez, una abogada colombiana casada con un británico y embarazada de siete meses de su primer hijo, explicó que se sentía “bien” participando en esta manifestación de duelo. “Representa todo” en el país, “es como la abuela de todo el mundo”, sostuvo Martínez.

El gobierno avisó de que podrían tener que esperar 30 horas en una fila de hasta 10 km que transcurre por el centro de la ciudad a lo largo del río Támesis. “Tengan en cuenta esto antes de decidir asistir o traer a niños”, advirtió Downing Street.

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