Liz Truss se convirtió ayer en la nueva primera ministra británica, poniendo fin a los tres años de controvertido mandato de Boris Johnson. La hasta ahora ministra de Relaciones Exteriores, de 47 años, fue designada ayer vencedora en la elección interna por el liderazgo del Partido Conservador, frente al ex ministro de Finanzas Rishi Sunak, un multimillonario ex banquero de 42 años.
El martes viajó a la residencia escocesa de Isabel II en Balmoral, donde, en un encuentro protocolar de media hora, la reina y jefa de Estado le encargó formar gobierno. En una imagen difundida por responsables de la casa real se vio a ambas mujeres sonrientes, estrechando sus manos. Tercera mujer a la cabeza del ejecutivo británico, tras Margaret Thatcher y Theresa May, Truss representa al ala más derechista del partido y prometió bajar impuestos para impulsar una economía británica al borde de la recesión.
Justo antes, la monarca había recibido a Johnson, quien le presentó oficialmente su renuncia como primer ministro, “que su majestad tuvo graciosamente el placer de aceptar”, según un comunicado del Palacio de Buckingham. El controvertido político conservador, de 58 años, obligado a dimitir a principios de julio por sus propios diputados indignados por una multiplicación de escándalos, se despidió a primera hora de la mañana a las puertas de Downing Street ante una multitud de seguidores y familiares.
Hizo balance de sus tres años de mandato, recordando que logró en el 2019 la más importante mayoría conservadora desde 1987 con la promesa de realizar un Brexit que parecía imposible tras años de caos político. Desde “la más rápida distribución en Europa de vacunas” contra el covid-19 hasta la “temprana entrega de armas a las fuerzas ucranianas” contra la invasión rusa, pasando por “un desempleo en mínimos nunca vistos desde que tenía 10 años”, repasó uno a uno sus logros.