Ucrania. AFP.
Un misil ruso se abatió ayer sobre un centro comercial dejando al menos diez muertos y 40 heridos en el centro de Ucrania, en momentos en que el presidente ucraniano pedía a los dirigentes del G7, reunidos en Alemania, “un apoyo pleno, total” para “poner fin a la guerra”. “Este terrible ataque muestra una vez más las profundidades de crueldad y barbarie adonde está dispuesto a caer el dirigente ruso”, comentó desde el G7 el primer ministro británico Boris Johnson, quien añadió que este tipo de agresión “solo refuerza la determinación” de los occidentales en ayudar a Ucrania.
Según la Fuerza Aérea de Ucrania, el centro comercial de Kremenchuk, “muy frecuentado”, fue atacado con misiles disparados por bombarderos de largo alcance Tu-22 desde la región rusa de Kursk. Hay “diez muertos y más de 40 personas resultaron heridas. Esta es la situación actual en Kremenchuk a causa del bombardeo con un misil”, indicó Dmytro Lunin, que dirige el gobierno regional de Poltava, donde se sitúa esta ciudad que antes de la guerra tenía 220.000 habitantes. El taque fue calificado este lunes de “totalmente execrable” por el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas anunció que se reunirá de urgencia hoy, a pedido del gobierno de Kiev, para evaluar los últimos bombardeos rusos contra objetivos civiles en Ucrania. Por otro lado, nuevos bombardeos rusos contra Járkov, en el noreste de Ucrania, dejaron ayer cuatro muertos y 19 heridos, entre ellos cuatro niños, según el gobernador local Oleg Sinegubov.