Los Angeles. AFP.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, inauguró en Los Ángeles la novena Cumbre de las Américas, donde espera seducir a los dirigentes de la región con financiamiento y hablará con su homólogo Jair Bolsonaro de la importancia de las elecciones “libres” en Brasil.
La cita, donde se espera a más de 20 jefes de Estado, arrancó empañada por la ausencia del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien desistió de participar porque Washington no invitó a Cuba, Nicaragua y Venezuela, al considerar que incumplían los estándares democráticos. La administración Biden minimizó el asunto y continuó con sus planes para consolidar lazos en América Latina, donde China ha ganado terreno frente a la influencia histórica de Estados Unidos.
América Latina y el Caribe es la región con más impacto directo en las vidas de los estadounidenses, de modo que “dependiendo de como le vaya al hemisferio nos irá a nosotros”, afirmó ayer el secretario de Estado Antony Blinken.
Blinken estimó que las “diferencias políticas” son una “fortaleza”. “Tenemos gobiernos democráticos de izquierda, de derecha y de centro. Pero a pesar de las diferencias políticas que existen, si los fundamentos están ahí, podremos trabajar juntos de manera muy, muy efectiva”, aseguró.
Horas antes de la llegada del presidente Biden, su administración anunció la creación de un Cuerpo de Salud de las Américas para mejorar la formación de 500.000 trabajadores sanitarios en la región, aprovechando las lecciones de covid-19. También una alianza para la prosperidad económica, en la que propone una “reforma ambiciosa” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), además de intentar obtener una participación de capital en el BID para invertir en la rama de préstamos del sector privado y “dirigirlos hacia donde tengan el mayor impacto”.