El clamor de los tamboriles volvió a retumbar desde ayer en Río de Janeiro, con el primer carnaval desde la pandemia, con desfiles cargados de emoción y brillo, así como de un espíritu de resistencia. El emblemático Sambódromo, convertido en centro de vacunación durante la crisis sanitaria, volvió a ver desfilar desde la noche de ayer a las carrozas engalanadas y a miles de bailarines con plumas y lentejuelas que podrán al fin desvelar los suntuosos espectáculos imaginados inicialmente para el 2021. “Ha demorado mucho, la vida es alegría, no tristeza”, resumió durante un reciente ensayo María Cristina Silva, integrante de la tradicional escuela de samba Portela, según informa AFP.
Ahora, con más del 75% de la población vacunada con dos dosis y después de haber retrasado dos meses la cita del 2022 por la variante ómicron, Brasil cura su saudade de carnaval con 12 desfiles nocturnos entre hoy y mañana. “El mayor espectáculo de la Tierra volvió: ¡Habrá carnaval!”, exclamó el miércoles el alcalde de Río, Eduardo Paes, al entregar como es costumbre las llaves de la ciudad al Rey Momo, una excéntrica figura que reina durante los festejos, señala AFP.
Las 12 escolas de samba cuentan cada una una historia, rigurosamente evaluadas por un jurado en categorías como disfraces, percusión, carrozas, tema escogido y fluidez del desfile. Este año, una mayoría abordarán temáticas afro.
Aunque la pandemia también ha enlutado a las escolas, con la muerte de integrantes, familiares y amigos, el Sambódromo ofrecerá “una fuerte afirmación de la vida”, sostiene el historiador Luiz Antonio Simas, autor de varios libros sobre el carnaval. El carnaval traerá también un alivio para sectores económicos afectados por la pandemia, como el hotelero, que espera una ocupación en torno al 85% durante el fin de semana, aunque con una caída de extranjeros (14% de los asistentes previstos, frente a 23% en el 2020), según la Asociación de la Industria Hotelera de Río de Janeiro, publica AFP.