Ucrania. AFP
Después de Chernóbil y de Zaporiyia, el ejército ruso podría intentar apoderarse de una tercera central nuclear ucraniana, Konstantinovka (sur), en una arriesgada estrategia que busca debilitar la resistencia en Ucrania. Con 15 reactores en cuatro sitios, Ucrania es el séptimo productor mundial de energía nuclear, que representa la mitad de su producción de electricidad, según datos del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Rusia se apoderó recientemente de Zaporiyia, la central más importante de Europa. Sus reactores se pusieron en marcha entre 1984 y 1995 y son de concepción moderna, en comparación con Chernóbil (central construida en 1970). “Esto permite cortar el abastecimiento en las grandes ciudades. Sin electricidad, no hay calefacción ni agua corriente ni frigoríficos ni congeladores”, explica Jean-Marc Balencie, analista de relaciones internacionales. “Uno de los objetivos de los rusos es que la gente se marche, desgastar sus capacidades y la voluntad de los resistentes para defenderse”, subraya a la AFP.
El presidente ruso, Vladimir Putin, garantizó no obstante a su par francés, Emmanuel Macron, que no busca atacar las centrales y que está dispuesto a “respetar las normas del OIEA” sobre la protección de los sitios, según París.
Los tres reactores nucleares de la central de Konstantinovka (sur), situados entre Jersón, la primera gran ciudad ocupada por los rusos y Odesa, uno de sus principales objetivos podría estar en el radio de alcance de los obuses rusos en pocos días. Esto permitiría comprobar si Moscú mantiene su palabra.
El ejército ruso se apoderó al inicio de su ofensiva del sitio del peor accidente nuclear del mundo, en 1986. Más de 200 personas, del personal de mantenimiento y de seguridad, tienen prohibido salir del recinto desde el 24 de febrero, según el OIEA.