AFP.
Seis de los siete candidatos a las elecciones presidenciales del próximo domingo en Chile se enfrentaron en un último debate televisivo el lunes pasado, en un tenso diálogo en el que José Antonio Kast, aspirante de la ultraderecha, fue acorralado por el resto.
“Usted es una amenaza para la democracia y el Estado protector”, increpó a Kast el candidato de la izquierda, Marco Enríquez Ominami, quien también calificó al aspirante ultraderechista como “Míster Miedo”. Kast, del Partido Republicano y quien en las cuestionadas encuestas previas figura como favorito junto al candidato del Frente Amplio Gabriel Boric, ha propuesto construir una zanja en la frontera norte para evitar el paso de inmigrantes.
También propone que dentro de un estado de excepción sea posible detener opositores en lugares diferentes a las cárceles. Es contrario al aborto y al matrimonio igualitario. Boric, que con 35 años es el candidato más joven en competir por la presidencia de Chile, abogó por la unidad de las fuerzas de izquierda frente al avance de la ultraderecha. “Nos vamos a necesitar todos. Basta de patadas en las canillas”, afirmó Boric, actual diputado y que saltó a la palestra tras liderar las protestas estudiantiles de 2011, frente a los cuestionamientos a su “inexperiencia” de Marco Enríquez. Yasna Provoste, candidata de la Democracia Cristiana (centro) y única representante de la coalición que gobernó Chile dos décadas tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), defendió lo obrado por esta coalición, fuertemente cuestionada tras la revuelta social de octubre del 2019. “Somos herederos de esa Concertación que ha logrado reducir la pobreza, que ha dado estabilidad y que ha dado gobernabilidad” a Chile, afirmó la candidata. “Queremos garantizar una vida mejor a las personas, con mejores pensiones, con una salud que esté de acorde con las necesidades y con Codelco siempre del Estado”, agregó frente a la propuesta de Kast de introducir capitales privados a la cupríferal estatal, la principal productora de cobre del mundo.
De su lado Kast pidió “un debate sobre el presente y de futuro”, tras los cuestionamientos que ha recibido por reafirmar estos últimos días su defensa de la obra de la dictadura de Augusto Pinochet, que en 17 años dejó más de 3.200 muertos y desaparecidos.