Londres, Reino Unido. AFP.
El gobierno británico movilizó ayer su flota de camiones cisterna conducidos por civiles y preparó al ejército para suplir la escasez de camioneros en el país repartiendo combustible a unas gasolineras que comienzan a ver un retorno a la normalidad.
El martes, gobierno y responsables del sector ya habían afirmado ver los primeros signos de “estabilización” en esta crisis que sacude al país desde hace seis días. Pero los surtidores de gasolina han tenido dificultades para hacer frente a la gran afluencia desatada desde que la semana pasada algunos concesionarios informaron de problemas de abastecimiento por falta de hasta 100.000 camioneros para transportar el combustible desde los puntos de almacenamiento.
Para ayudar al sector, el gobierno aprobó formalmente la provisión de 150 conductores del ejército, que empezaron a entrenarse para ser desplegados en los próximos días. “Hemos decidido hacerlo y creo que en los próximos días la gente verá a los soldados conduciendo la flota de camiones cisterna”, afirmó ayer el ministro de Empresa, Kwasi Kwarteng.
CIVILES
Otros 150 soldados se mantienen a la espera por si fueran necesarios. Pero antes, el gobierno movilizó el miércoles a su propia flota de camiones cisterna, conducida por civiles.
Las largas colas en las gasolineras, marcadas por altercados entre automovilistas iracundos, son la última consecuencia de una importante escasez de mano de obra provocada por la pandemia y el Brexit, con problemas de reparto que también afectan a los supermercados o las cadenas de comida rápida.
Ante las impactantes imágenes de gasolineras abarrotadas, el gobierno de Boris Johnson no deja de repetir que el Reino Unido no se está quedando sin combustible, sino que la escasez se debe a una demanda excepcional provocada por las compras de consumidores movidos por el pánico, como ya ocurrió con el papel higiénico o ciertos productos alimenticios al principio de la pandemia.