El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció el sábado como un genocidio la matanza de armenios en 1915 a manos de las fuerzas otomanas, un acto decisivo para los descendientes de los cientos de miles de muertos, pues desafía décadas de presión por parte de Turquía. Biden se convirtió en el primer presidente estadounidense en utilizar la palabra genocidio en el comunicado que la Casa Blanca acostumbra a emitir con motivo del aniversario de esta masacre, un día después de haber informado al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que lo haría, un gesto con el que trató de limitar el esperado rechazo del aliado de la OTAN. “Recordamos las vidas de todos los que murieron en el genocidio armenio de la era otomana y nos comprometemos nuevamente a evitar que una atrocidad semejante vuelva a ocurrir”, dijo Biden. “Y lo recordamos para permanecer siempre vigilantes contra la influencia corrosiva del odio en todas sus formas”, añadió.
La declaración es una gran victoria para Armenia y su extensa diáspora. Desde Uruguay en 1965, países como Francia, Alemania, Canadá y Rusia han reconocido el genocidio, pero Estados Unidos nunca llegó a este extremo. El mandatario recalcó: “No lo hacemos para culpar, sino para asegurar que lo que ocurrió no se repita nunca”.
“A nadie le beneficia que los debates –que los historiadores deberían llevar a cabo– estén politizados por terceros y se conviertan en un instrumento de injerencia en nuestro país”, dijo el presidente turco Erdogan en un mensaje al patriarca armenio en Estambul. “Las palabras no pueden cambiar ni reescribir la historia”, tuiteó el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, después de la declaración de Biden.