San Pablo, Brasil. AFP.

La anulación de las condenas del ex presi­dente Luiz Inácio Lula da Silva sacudió a Brasil y obli­gará a redistribuir las cartas en un país radicalizado por el mandatario ultraderechista Jair Bolsonaro, quien ahora gana un rival de peso para las elecciones del 2022. La deci­sión, anunciada el lunes por un juez de la corte, suma una nueva variable a la grave cri­sis que atraviesa el país, con más de 266.000 muertos por la pandemia de coronavirus y un desempleo en sus máxi­mos niveles históricos.

El ex presidente de izquierda (2003-2010) no fue exone­rado, ya que el magistrado determinó volver a juzgarlo en otro tribunal por fallas procesuales. Pero la decisión permite su vuelta al ruedo y esta “va a polarizar las narra­tivas” políticas, afirma el ana­lista Murillo de Aragao, de Arko Advice.

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POLARIZACIÓN

“Bolsonaro puede radicalizar su discurso y Lula puede decir que fue perseguido. Las narra­tivas ganarán tonos fuertes”, explica. “La presencia de Lula claramente dificultará los chances electorales de un candidato centrista”, favore­ciendo la polarización con Bol­sonaro, subrayó la consultora Eurasia Group.Tras el anun­cio del lunes, las acciones de la Bolsa de San Pablo cayeron 4% y el dólar alcanzó su máxima cotización desde noviembre. Este martes, la Bolsa operaba estable, en espera de una con­ferencia de prensa convocada por Lula a las 13:30 locales (16:30 GMT).

Lula, de 75 años, participó en todas las elecciones desde la redemocratización en 1985, excepto en el 2018, cuando superaba a Bolsonaro en las encuestas pero fue inhabili­tado debido a la primera de sus dos condenas por corrup­ción pasiva y lavado de dinero. Bolsonaro se impuso en la segunda vuelta frente a Fer­nando Haddad, designado por Lula. La contienda divi­dió al país, entre los segui­dores del izquierdista Par­tido de los Trabajadores (que gobernó durante trece años, con Lula y Dilma Rousseff) y sus detractores, que abra­zaron la figura del ex capitán del Ejército apoyado por igle­sias pentecostales ultracon­servadoras y los lobbies del agronegocio y la seguridad. El domingo, un sondeo de la encuestadora Ipec reveló que Lula sería el único candidato con capital político superior al de Bolsonaro. Aunque el estudio no los enfrentó en duelo directo, mostró que el expresidente cuenta con 50% de apoyo popular, frente a 38% de Bolsonaro.

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