San Pablo, Brasil. AFP.
El estado de San Pablo decretó este miércoles el retorno durante dos semanas a la “fase roja” de restricciones para combatir la pandemia de coronavirus, en su etapa más letal en Brasil. “Vamos a enfrentar las dos peores semanas desde marzo del año pasado”, cuando la enfermedad dejó la primera de las ya más de 257.000 víctimas mortales que acumula el país, declaró el gobernador paulista, Joao Doria. La medida comenzará a regir el sábado desde las 00:00 (3:00 GMT del domingo).
En la “fase roja” solo se permiten actividades esenciales, principalmente en las áreas de salud, alimentación y
transporte público. También fueron calificadas como esenciales las escuelas y las iglesias.
“Estamos hoy en San Pablo y en Brasil al borde de un colapso sanitario”, advirtió Doria, al día siguiente de que el país, de 212 millones de habitantes, registrara un récord de 1.641 decesos en 24 horas. El promedio semanal supera desde enero los 1.000 muertos diarios, por primera vez desde agosto, y desde hace tres jornadas se sitúa por encima de los 1.200.
EL MÁS AFECTADO
San Pablo, el estado más rico y poblado del país, con 46 millones de habitantes, es también el que cuenta con mayor número de muertos (60.014) y de casos (2 millones desde el inicio de la pandemia, de entre los 10,6 millones de contagios registrados en todo el país). La lucha contra el covid-19 enfrenta, además, la lentitud de la campaña de vacunación nacional, pese a la experiencia de Brasil en ese campo. Hasta el momento, apenas 7,1 millones de personas (3,3% de la población) han sido inmunizadas en poco más de un mes.
GOBERNADOR CULPA AL PRESIDENTE
Doria atribuyó la magnitud de la tragedia al presidente Jair Bolsonaro, quien minimizó la pandemia, calificándola de “gripecita”. “Me angustia ver vidas perdidas cada día (…). Más de mil personas por día mueren en Brasil, es como si cinco aviones cayeran todos los días (…). Esto no es normal, no es banal, no es una gripecita. Esto es una tragedia”, aseguró Doria. El gobernador, un hábil político que se vislumbra como candidato para disputar la presidencia con Bolsonaro en el 2022, dijo no temer que las restricciones, repudiadas por el sector comercial, amenacen su popularidad, y apuntó con vehemencia contra el mandatario ultraderechista, de quien fue aliado en el pasado. “La culpa es de usted, por negacionista (…). Muchos de los brasileños que están enterrados, lo están porque usted no tuvo capacidad de hacer lo que debía: liderar”, enfatizó.