Rangún, Birmania. AFP.
Los birmanos volvieron este miércoles a las calles por quinto día consecutivo pese a la violenta represión y el ataque nocturno del ejército contra la sede del partido de Aung San Suu Kyi, que muestra la determinación de los generales golpistas ante los llamados a restablecer la democracia. Decenas de miles de personas, según varias estimaciones, marcharon este miércoles por el centro de Rangún, la capital económica del país, pese al recrudecimiento de la represión el martes.
“Haremos cualquier cosa para rechazar al gobierno militar”, dijo a la AFP Kyaw Kyaw, un empleado de hotel. “No queremos dictadura. Tengo un poco de miedo después de la represión de ayer”, dijo por su parte el estudiante Khin Nyein Wai. Varios miles de personas se concentraron también en Naipyidó, capital administrativa de Birmania, en el centro del país. En el estado de Kayah, en el este, algunos policías se unieron a los manifestantes, según medios locales.
HERIDA DE BALA
El relator especial de Naciones Unidas para Birmania, Tom Andrews, condenó el uso de la fuerza y aseguró que la policía había disparado contra una mujer en Naipyidó, que resultó herida de bala. La joven, Mya Thwe Thwe Khin, herida en la cabeza, está en “cuidados intensivos pues necesita ayuda para respirar y sigue inconsciente”. En las redes sociales, los internautas compartieron masivamente las imágenes que recogían esta acción policial. “Pueden disparar contra una mujer, pero no pueden robar la esperanza y la determinación de un pueblo”, escribió el miércoles Tom Andrews. “El mundo se solidariza con los manifestantes de Birmania”.