Washington, Estados Unidos. AFP.
Donald Trump incitó a la insurrección y se regocijó con la violencia perpetrada por sus simpatizantes en el asalto al Capitolio para interrumpir la certificación de las elecciones, dijo este miércoles el líder de la parte acusadora en el juicio político contra el ex mandatario en el Senado de Estados Unidos. Después de atizar a sus partidarios durante semanas afirmando que las elecciones fueron robadas, Trump “renunció a su rol de comandante en jefe y se convirtió en el incitador en jefe de una peligrosa insurrección” el 6 de enero, afirmó el legislador demócrata Jamie Raskin, que actúa como fiscal en el proceso.
Los demócratas deben convencer a 17 senadores republicanos de que el ex mandatario es culpable del cargo de incitación a la insurrección, si quieren reunir la mayoría necesaria para condenarlo, algo que por el momento parece improbable. Raskin afirmó que la “evidencia va a demostrar que él sabía lo que iba a ocurrir y que no estaba para nada sorprendido por la violencia”.
NO HIZO NADA
“Cuando de forma inexorable e inevitable estalló la violencia, que sumió en el caos este órgano y la Cámara de Representantes, nosotros les vamos a demostrar que entonces él abdicó totalmente a sus deberes”, indicó el legislador demócrata. “Él se regocijó en esto y no hizo nada para ayudarnos como comandante en jefe”, afirmó Raskin.
Se espera que la presentación de los cargos por parte de delegados demócratas de la Cámara de Representantes tome un par de días, a diferencia del primer juicio político contra Trump el año pasado por las acusaciones de abuso de poder, un proceso que se arrastró durante tres semanas. La turba “fue enviada acá por el presidente, fueron invitados por el presidente de Estados Unidos”, afirmó Raskin.
Antes de la toma del Capitolio Trump se dirigió a sus seguidores cerca de la Casa Blanca y les dijo que las elecciones de noviembre fueron “robadas”, además los incitó a “luchar como el demonio”. Trump es el primer presidente en la historia en haber enfrentado dos juicios políticos y el primero en ser procesado después de haber dejado la Casa Blanca.
ACUSADO SE MANTIENE EN SILENCIO
Para los abogados que representan a Trump el juicio es “una instrumentalización política” que va a “desgarrar” a Estados Unidos. Trump -que está en Florida tras dejar la Casa Blanca el 20 de enero- no comparecerá la argumentación del proceso y hasta ahora se ha mantenido en silencio.
Cada una de las partes va a disponer de 16 horas para presentar su caso y los senadores tendrán hasta cuatro horas para hacer preguntas. El objetivo del proceso en el Senado es declarar culpable a Trump para después organizar otra votación para inhabilitarlo políticamente. Pero este escenario parece improbable, si se analiza el resultado del voto del martes para dirimir la constitucionalidad del proceso, un proceso en el cual solo 6 republicanos votaron con los demócratas.