El medio digital Infobae informa que dos estudios científicos demostraron que las personas que ya se infectaron de coronavirus necesitarían una sola dosis de vacuna de ARN mensajero para alcanzar la inmunidad, ya que previamente registran niveles de anticuerpos –las proteínas inmunes capaces de neutralizar al virus– que son superiores a los de la gente que nunca se contagió, pero recibió las dos dosis recomendadas. Ambos trabajos son preliminares y fueron realizados en Estados Unidos.
“La escasez de vacunas contra la enfermedad del coronavirus ha llevado a algunos expertos y países a considerar regímenes de dosificación no probados, por lo que nuestro objetivo fue estudiar las respuestas de anticuerpos a una sola dosis de Pfizer-BioNTech o Moderna en trabajadores de la salud con infección por covid-19 confirmada por laboratorio y comparadas a ellos con las respuestas de anticuerpos de los trabajadores de la salud que eran IgG negativos a la proteína de pico del SARS-CoV-2”, explicaron los científicos Saman Saadat y James Logue, que encabezaron la investigación publicada en Medrxiv.
MODIFICAR PROTOCOLOS
Los científicos explican que para quienes ya se contagiaron de covid-19, la primera dosis de vacuna actúa en realidad como una segunda dosis de recuerdo para su sistema inmune ya entrenado contra el coronavirus. Por ello, insisten en que a la luz de estos datos habría que modificar los protocolos de vacunación de forma que la gente que ya se haya contagiado sea vacunada al final y reciban una sola dosis. “Con ello se podría disponer de muchas dosis en un contexto de escasez generalizada de vacunas”, admiten.
EFECTOS SECUNDARIOS MÁS INTENSOS
En el segundo trabajo publicado dirigido por el virólogo Florian Kramer, de la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí en Nueva York, se estudió a 109 personas con y sin infección previa confirmada. Tras una primera dosis, los que ya se contagiaron generaron entre 10 y 20 veces más anticuerpos neutralizantes del coronavirus.
Ambos trabajos han llegado a una segunda conclusión: los efectos secundarios de la vacuna son más intensos y frecuentes en la gente que ya se contagió. En cualquier caso estas reacciones son leves y no requieren tratamiento médico: fiebre, dolor en el brazo, malestar, etc. Las personas con inmunidad preexistente también experimentan una reactogenicidad más severa después de las primeras dosis.