París, Francia. AFP.

Francia, uno de los paí­ses más golpeados por el coronavirus, reveló ayer un plan progresivo de desconfinamiento, que incluirá la reapertura a par­tir del 11 de mayo de comer­cios, excepto los restaurantes y cafés, y el uso obligatorio de mascarillas en los transpor­tes públicos.

“Tendremos que vivir con el virus”, dijo el primer ministro, Edouard Philippe, durante un discurso en el parlamento en el que detalló el plan de acción del gobierno para salir gradualmente del confinamiento impuesto a los 67 millones de franceses desde hace seis semanas por la pandemia de Covid-19.

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El desconfinamiento se lle­vará a cabo de forma “pro­gresiva” para “evitar una segunda ola de contagios”, añadió el premier francés, después de que se consta­tara una caída desde hace dos semanas del número de pacientes graves. Desde esa fecha, decretada por el pre­sidente Emmanuel Macron, los franceses podrán volver a “circular libremente” sin el salvoconducto actual­mente obligatorio para poder salir a las calles, siem­pre y cuando se mantengan a menos de 100 kilómetros del domicilio.

La economía, que se derrumbó en el primer trimestre del año, recobrará algo de fuerza con la apertura prevista en dos semanas de todos los comer­cios, excepto los cafés y res­taurantes, para los cuales se tomará una decisión a finales de mayo. Los niños de hasta 11 años podrán regresar a las escuelas de forma “pro­gresiva” y “voluntaria” para que los padres puedan reto­mar sus trabajos. Las univer­sidades, en cambio, seguirán cerradas hasta septiembre.

Los grandes museos fran­ceses, conocidos en todo el mundo, permanecerán cerra­dos, al igual que los teatros, cines y salas de espectáculos. Y la temporada 2019-2020 de deportes profesionales, incluido el fútbol, no se rea­nudará, una ducha de agua helada para los aficionados y los clubes, que se quedarán seis meses sin ingresos.

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