Brasilia, Brasil. AFP
Brasil anunció ayer jueves el cierre de sus fronteras terrestres con sus vecinos, exceptuando Uruguay, por un plazo de 15 días, para prevenir la propagación del coronavirus, indicó un decreto ministerial. “Queda restringida, por un plazo de 15 días, contado desde la fecha de publicación del decreto, la entrada al país por carreteras o medios terrestres de extranjeros oriundos” de Argentina, Bolivia, Colombia, Guayana Francesa, Guyana, Paraguay, Perú y Surinam, indica el documento.
El texto agrega que Uruguay será objeto de una determinación posterior. El presidente Jair Bolsonaro ya había anunciado el martes el cierre de la frontera con Venezuela, con un sistema sanitario golpeado por la crisis económica.
La medida aclara que el transporte de mercancías será autorizado, así como el ingreso al país de brasileños, inmigrantes con residencia definitiva, profesionales extranjeros en misión y misiones humanitarias, entre otros. La decisión del gobierno brasileño ocurre después de que Argentina, Chile y Colombia tomaran medidas más drásticas al cerrar todas sus fronteras terrestres, marítimas y aéreas para evitar un impacto mayor del COVID-19.
El decreto, cuya vigencia puede ser ampliada, señala que la medida se adoptó “por motivos sanitarios relacionados con los riesgos de contaminación y diseminación del coronavirus”. Brasil, con más de 210 millones de habitantes, registra hasta el momento 4 muertos en San Pablo y más de 428 infectados en todo el país.
Bajo la presión de líderes del Congreso, de la Corte Suprema y de empresarios, Bolsonaro comenzó a tomar medidas más fuertes ante la crisis del coronavirus en los últimos días después de haber cuestionado desde el inicio la “histeria” ante la pandemia.
El miércoles, el mandatario ultraderechista pidió al Parlamento que declarase el “estado de calamidad” para poder liberar fondos y se reunió con su gabinete de crisis.
Ese día reconoció por primera vez en una rueda de prensa con varios de sus ministros, todos con mascarillas de protección, que se trataba de un asunto “grave”, pero que no debía desencadenar el “pánico”.
POLÉMICA ENTRE BRASIL Y CHINA
Brasil pidió ayer una “retractación” del embajador chino en el país por publicaciones “ofensivas” contra el presidente Jair Bolsonaro, luego de que el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del mandatario, culpó al gigante asiático de la pandemia del nuevo coronavirus.
“La parte china repudia con vehemencia sus palabras y exige que las retire de inmediato y pida disculpas al pueblo chino”, tuiteó el embajador chino Yang Wanming. Luego retuiteó un mensaje de otro internauta, que calificaba a la familia Bolsonaro de “gran veneno de Brasil”.
El canciller brasileño, Ernesto Araújo, sostuvo que las declaraciones de Eduardo Bolsonaro “no reflejan la posición del gobierno brasileño”, pero consideró “inaceptable que el embajador de China respalde o comparta un post ofensivo para el jefe de estado de Brasil y para sus electores”.