El explorador Mars 2020, que despegará hacia el planeta rojo el año próximo, buscará rastros de vida pero también preparará el camino para futuras misiones tripuladas, dijeron científicos de la NASA durante la presentación del vehículo. Del tamaño aproximado de un automóvil, el rover se construyó en una gran habitación esterilizada en el Jet Propulsión Laboratory de Pasadena, cerca de Los Ángeles, en California, donde la semana pasada probaron con éxito su sistema de conducción.

La agencia espacial mostró el Mars 2020 a un grupo de periodistas invitados. Según el cronograma, el vehículo dejará la Tierra en julio de 2020 desde Cabo Cañaveral, en la península de la Florida, y llegará a Marte 7 meses después, en febrero del 2021, donde se convertirá en el quinto rover en posarse sobre la superficie marciana.

“Está diseñado para buscar señales de vida, por lo que estamos llevando una serie de diferentes instrumentos que nos ayudarán a entender el contexto geológico y químico en la superficie”, dijo Matt Wallace, subdirector de la misión. El explorador lleva a bordo 23 cámaras, 2 “oídos” que permitirán escuchar el viento marciano, y lásers que se utilizarán para análisis químicos.

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El Mars 2020 posee además brazos articulados de casi 2 metros y un taladro capaz de perforar y abrir piedras en lugares que científicos identifican como potencialmente aptos para la vida. Sus sistemas obtienen energía de un reactor nuclear en miniatura. Como su antecesor, el Curiosity, el rover tiene 6 ruedas, tres de cada lado, lo que le permite moverse sobre terreno rocoso. La velocidad no es una prioridad para este vehículo, que deberá cubrir apenas unos 180 metros por “sol”, o día marciano, que tiene una duración de casi 40 minutos más que un día terrestre. “Lo que estamos buscando es antigua vida microbiana. Estamos hablando de hace miles de millones de años en Marte, cuando el planeta era mucho más parecido a la Tierra”, dijo Wallace.

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