El gobierno de Venezuela acusó al presidente colombiano, Iván Duque, de haber patrocinado el asalto a un batallón del sur del país para desatar un incidente que justificara una intervención militar de Estados Unidos.
Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación, aseguró que el ataque del domingo en el estado Bolívar (sur, fronterizo con Brasil) fue perpetrado por un “grupo de desertores (de la Fuerza Armada venezolana) protegido, financiado y cubierta su logística por el gobierno de Iván Duque”.
El ministro volvió a vincular a los gobiernos de Brasil y Perú con los hechos, en los que murió un militar de 21 años y fueron robados fusiles. El gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, negó más temprano cualquier implicación.
Rodríguez sostuvo que los atacantes robaron 120 fusiles de “alta potencia” y 9 lanzacohetes RPG. La mayoría de los fusiles y las demás armas fueron recuperadas, mientras que seis asaltantes están detenidos.
“La intención para robarse esos lanzacohetes era (...) eventualmente derribar un helicóptero o un avión militar de la Fuerza Armada colombiana o incluso actuar en contra de un avión civil en territorio colombiano para luego decir que se habían utilizado cohetes RPG de la Fuerza Armada Nacional de Venezuela”, aseguró el funcionario.
Rodríguez también involucró con el plan al diputado opositor Gilber Caro, cuyo arresto denunció la oposición el pasado viernes. Es la tercera vez que Caro es detenido.
COMPLOT INTERNACIONAL
Según el gobierno de Nicolás Maduro, los desertores fueron entrenados en la ciudad colombiana de Cali (suroeste) y de allí viajaron por carretera a Ecuador –a cuyas autoridades Caracas pidió explicaciones–, Perú y finalmente a la localidad brasileña de Pacaraima, donde recibieron “instrucciones y planificación”.
En territorio peruano habían obtenido “apresto logístico”, dijo Rodríguez.
La cancillería colombiana negó en un escueto comunicado las “temerarias acusaciones” del gobierno de Maduro.